La teoría de los 100 monos / Alejandra Sánchez Psicóloga Clínica

La teoría de los 100 monos, surgida en los años 50 tras un estudio japonés sobre macacos en la isla de Koshima, plantea que cuando un número crítico de individuos en una población adquiere una nueva habilidad, esta se propaga a todos los miembros, incluso sin contacto directo. Tras observar que una vez un grupo de monos aprendió a lavar batatas en agua salada, el comportamiento se extendió súbitamente, incluso a monos en islas lejanas.

Este fenómeno se refleja en cómo las ideas y comportamientos se difunden en comunidades y sociedades, un punto crucial en la teoría de la difusión de la innovación, que analiza cómo, por qué y a qué velocidad se propagan nuevas ideas y tecnologías entre culturas. Similar a la teoría de los 100 monos, una idea o comportamiento puede diseminarse rápidamente a través de una población una vez que alcanza un «punto de inflexión».

Este principio proporciona un modelo para entender la difusión de ideas y comportamientos a través de barreras geográficas y culturales, incluso en ausencia de contacto directo entre grupos. En nuestra vida cotidiana, podemos aplicar este concepto para promover cambios positivos. Cada uno puede contribuir a alcanzar ese «punto de inflexión» en su comunidad, promoviendo hábitos saludables, difundiendo actitudes positivas o apoyando la innovación y creatividad.

La teoría de los 100 monos también recuerda que nuestras acciones pueden tener un impacto más allá de nuestro entorno inmediato. Puede que no percibamos directamente el efecto de nuestras acciones en otros, pero nuestras palabras y comportamientos pueden resonar y propagarse de formas inesperadas.

Finalmente, somos parte de una comunidad global y nuestras acciones pueden influir en el mundo de formas sorprendentes. En un mundo cada vez más interconectado, esta es una valiosa lección a recordar. Esta teoría subraya la importancia de nuestras acciones individuales y colectivas en la formación de la sociedad y del mundo en general. (O)