Laguna de Busa, tesoro natural y cultural

Enclavada en la serranía sur del Ecuador, a pocos minutos del centro cantonal de San Fernando en Azuay, se encuentra la Laguna de Busa, un destino que encanta a sus visitantes con su belleza natural y su rica historia. Este espejo de agua de 12 hectáreas, rodeado de bosques y montañas, ofrece una experiencia única que combina aventura, relajación y contacto con la cultura local.
La Laguna de Busa es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Su vegetación exuberante, con más de 30 especies de flores, atrae a observadores de aves y entusiastas de la flora. En sus aguas, habitan diversas especies de peces, como la trucha arcoíris y la carpa europea, lo que la convierte en un lugar ideal para la pesca deportiva. Además, la laguna es hogar de una gran variedad de patos y otras aves acuáticas.
Uno de los elementos más distintivos de la Laguna de Busa es la imagen del Corazón de Jesús que se encuentra a mitad de sus aguas. Los habitantes locales creen que esta figura tiene el poder de evitar que la laguna se desborde durante la temporada de lluvias, lo que refleja la profunda conexión entre la comunidad y su entorno natural.
La Laguna de Busa está rodeada de leyendas y tradiciones que enriquecen su valor cultural. Se cuenta que en el lugar donde se encuentra la laguna, antes había una hacienda. Una noche de fiesta, un mendigo fue rechazado por los hacendados, excepto por una sirvienta que le ofreció comida. En agradecimiento, el mendigo le advirtió sobre una inundación inminente y le indicó cómo salvarse. La leyenda narra que el mendigo roció agua de una botella sobre el lugar, lo que provocó la inundación y la formación de la laguna. (I)