¿Las artes también tienen trabajadores? 

Columnistas, Opinión

Es que necesito 50 usd para la cita médica, porque eso es lo que mi Doctor me cobra cada vez que me revisa en su consulta. Para que me entregue el plano arquitectónico el Arquitecto me pide 1.200 usd minimo, a parte del Ingeniero, que me dice que por construcción son 400 usd por metro cuadrado. Mi nutricionista me mandó a comprar estos alimentos especiales para mi dieta y necesito mínimo 70 usd a parte de lo que cuesta cada sesión. 

Mi  entrenador personal me cobra 60 usd el mes, dentro del gimnasio. Cuando se averió mi ducha el plomero me cobró por día trabajado 40 usd. Cada profesión, cada proceso intelectual, cada esfuerzo, cada trabajo individual y colectivo amerita un reconocimiento económico? Cómo reconocemos en nuestra sociedad al trabajo? Lo valoramos realmente? Cuando en los procesos creativos se involucra la posibilidad de cobrar por cada puesta en escena, nuestras poblaciones, que ojalá sea en su minoria, aún conciben a las Artes como simple entretenimiento, más nó, como una forma de vida y por ende de trabajo de millones de personas. Esas poblaciones son ciudadanos que usualmente se empiezan a quejar, son poblaciones que limitan sus propios espacios de desarrollo, son poblaciones que piensan que los Artistas viven de los aplausos colectivos, son poblaciones que escasamente reconocen que cada producción cultural también amerita un esfuerzo intelectual y fisico, entrenamiento, programación y talento, son poblaciones que al momento de asistir a un espectáculo artistico  dónde deben pagar una entrada prefieren regresar a la tienda de la esquina para gastar su dinero en una cerveza y un tabaco, son poblaciones que piensan que las Artes no tienen trabajadores que puedan vivir de lo que aman hacer. 

Generar una formación de públicos es cuestión colectiva, pero también individual, valorar espacios de reflexión por medio de un cuadro en una hermosa galeria, conocer un tema de historia universal por medio de mirar una buena obra de teatro, ir a un concierto donde se pueda apreciar diferentes estilos de música y respetarlos a todos, compartir espacios para los diferentes tipos de danza y lograr reconocerlos desde su propia particularidad, asistir a encuentros donde se dialoge de literatura o se pueda intercambiar libros de manera permanente, darse cuenta que una sociedad más desarrollo refleja cuantos más espacios para reconocer las Artes tenga. Asi será que empezamos a evaluar a nuestra sociedad? Será que ese reconocimiento para los trabajadores del Arte empieza a cambiar para mejor?

Para  acostumbrarnos a vivir de las Artes, a reconocerlas y valorarlas amerita una resignificación de nuestra propia identidad cultural, una reapertura a un nuevo comienzo, una posibilidad de sacar del imaginario colectivo que en este país no se puede vivir de las Artes y empezar a creer lo contrario, lograr comprender que las Artes también tienen trabajadores que necesitan ser valorados.  (O)

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