Las cosas claras … ¿Y EL CHOCOLATE?/ John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Nos sucede con frecuencia, al contratar a un “maestro” carpintero, plomero, albañil y en general al solicitar algún servicio; llegamos a acuerdos de manera verbal, pero difícilmente lo plasmamos por escrito.

¿Cuánto me cobraría por alzar esta “pared”?  tengo una fuga de agua, este mueble necesita una mano de laca, no prende la lavadora … en fin, un sin número de problemas que tenemos al interior de nuestra casa o que se presentan en el diario vivir y que, al requerir solucionarlo, no sabemos donde pedirlo con exactitud.

Sin embargo, cuando ya tenemos recomendados, exponemos a los “maestros” el problema, para que nos indiquen la solución y naturalmente el precio, pero incurrimos en algunos errores, por ejemplo, primero deberían explicarnos de manera técnica, que es lo que van a realizar y los materiales a utilizar, importante consultarles si tienen experiencia y de ser necesario conversar con sus clientes para medir la eficiencia.

Detallar el tiempo en el cual se va a llevar a cabo el trabajo o la obra y la entrega, la forma de pago, en este acápite es importante recalcar que los maestros solicitan al inicio, un valor que puede llegar al 30% o incluso al 50% del valor de la obra total, a veces nos indican que comprarán materia prima (es necesario acompañarles a las bodegas para medir sus características y garantías).

Es recomendable que se firme un documento, para evitar malos entendidos y tergiversar frases como “es que pensé que quería de esta manera”, “es que de eso no hablamos nunca”, “eso le cuesta aparte” u otros.

Considero que tanto para los señores que ofertan sus servicios como para aquellos que los solicitan, deben mantener el documento o contrato firmado durante un tiempo luego de la entrega de la obra, para futuros reclamos de presentarse el caso.

La tecnología se encuentra avanzando a pasos agigantados y los nuevos aparatos utilizados requieren de mayor experticia para su operatividad, por lo cual la capacitación debe llevarse a cabo de manera permanente, caso contrario no se dará la contratación. (O)

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