Las remesas en las inversiones ecuatorianas / John Tello Jara
Las remesas que envían los emigrantes ecuatorianos que se encuentran en Estados Unidos de Norteamérica, España, Italia, etc. permiten generar una dinámica económica activando a varios sectores que intervienen en cadenas productivas de diversa índole.
En el año 2022 las remesas enviadas por los ecuatorianos se ubicaron en USD 4.743,54 mdd (cifra superior en 8,73% al valor registrado en 2021 que fue de USD 4.362,63 mdd); si mejora la economía del país del norte, la fuerza laboral aumenta, los procesos mejoran y las remesas se revitalizan hacia nuestro país, pese a los problemas que se suscitaron con el quiebre de dos bancos de singular importancia como el Silicon Valley y el Signature Bank.
A la ciudad de Ambato llegó un monto cercano a USD 152,75 mdd valor que permite dinamizar algunos sectores como el de la construcción a través de la comercialización de bienes inmuebles, la creación de nuevas empresas, la capitalización de unidades productivas para ampliar la cartera de servicios y tornarnos eficientes.
Al llegar las remesas al Ecuador, contrariamente a lo que podríamos pensar, estos dineros se ubican en alto porcentaje en cooperativas de ahorro y crédito, incluso a muchos de esos valores no se les ubica en pólizas, lo cual permitiría generar un interés.
Las personas a las que les envían el dinero en muchos casos desconocen sobre actividades financieras básicas y peor aún, no saben en su mayoría como invertir el dinero en pólizas, compra de un terreno o una casa.
En otras ocasiones el dinero sirve para cancelar deudas, no solo a entidades financieras sino al “chulquero” a este último se lo ocupa como algo normal pagando altas tasas de interés, con peligro de perdida de bienes y amenazas continuas hasta que se cancele el último centavo.
Las remesas también pueden usarse en la creación de nuevas empresas o en la mejora de aquellas ya existentes, en la compra de maquinaria, muy poco en la capacitación empresarial; pero sea cual fuere su destino, debemos tener en cuenta que la llegada de remesas no siempre son valores fijos o altos y, que no necesariamente de un año a otro tiende a mejorarse y que muchas veces pueden disminuir y ubicarse en cantidades bajas. (O)