Las víctimas siempre serán primero / P. Fabricio Dávila Espinoza
El 12 de septiembre anterior, al término de la XXVI asamblea de cardenales consejeros del Papa, conocido como el C 9, Paloma García Ovejero, vicedirectora de la Oficina de Prensa del Vaticano anunció la decisión unánime de enfrentar el tema del abuso a menores en la Iglesia.
Para esto, entre el 21 y el 24 de febrero, en el Vaticano, tendrá lugar un encuentro mundial, con la participación del Papa y altos representantes de las Iglesias Católicas Orientales; funcionarios de la Secretaría de Estado; prefectos de las congregaciones para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica; el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo y los representantes de la Unión de Superiores Generales y de la Unión Internacional de Superiores Generales.
Esta larga lista de convocados hace pensar que las ponencias serán del más alto nivel. Los invitados recibieron previamente una carta y un cuestionario anexo, con el pedido de responderlo a la brevedad posible. Este recurso facilitará la presentación de opiniones constructivas y críticas, para identificar los puntos más débiles y para tener una visión completa de la situación de la Iglesia en tema del abuso a menores. El tiempo se cumplió, los cuestionarios fueron devueltos y los convocados empezarán su arribo en pocos días.
La Iglesia llega a esta cita consciente de la crisis desatada en muchos países por los escándalos de abuso y por el tratamiento, no siempre apropiado, de las denuncias recibidas en algunos lugares. La crisis global está en su “punto más alto” o dicho en sentido inverso, “más bajo no podemos caer”.
Es impensable que las conclusiones, al final del evento, puedan tener un sentido contrario a lo que está definido con claridad desde hace mucho tiempo: las “víctimas siempre serán primero” y no los agresores. Lo novedoso de este encuentro mundial, estará enmarcado en las políticas para lograr que esta norma se cumpla y cómo hacer que no haya excepciones; pero, sobre todo, la sociedad espera audacia y firmeza para prevenir nuevas víctimas. (O)