Lecciones de democracia

Columnistas, Opinión

Después de las elecciones del pasado domingo 9 de febrero, varias lecciones salen a la luz.

  1. LA NARCOPOLÍTICA ESTÁ VIVA: El aire triunfalista que recorrió el Ecuador semanas antes de las elecciones fue apagándose con los reportes parciales que el CNE iba entregando el domingo por la noche. Esta decepción, sin embargo, no fue tanto por no ganar en una sola vuelta (como lo aseguraban varias encuestadoras) sino y fundamentalmente porque en vez de que la mafia política vaya perdiendo respaldo y apoyo electoral, como era lo lógico después de tanto daño evidenciado en el Ecuador y fuera de él, lo ha ganado. Lejos de desaparecer, la narcopolítica en el Ecuador está empoderada, robustecida y más viva que nunca y eso a los ciudadanos honestos nos frustra y decepciona. Últimamente el voto duro del correísmo ha sido de un 30% más o menos, y que esta vez en primera vuelta obtengan más del 40% es preocupante.
  • LA DEMOCRACIA NO REPRESENTA: Con sus virtudes y defectos, la democracia es el sistema más “justo” (así entre comillas) aunque no precisamente el más perfecto, porque si bien con ella ganan los candidatos que representan a la mayoría, no siempre serán los más idóneos. Aún más, con nuestro sistema presidencialista en donde se eligen asambleístas en primera vuelta y con un supuesto triunfo de Daniel Noboa en segunda, no podría gobernar con la libertad que quisiera por la mafiosa y egoísta agenda que manejan los perdedores. Si las cosas se dan así en abril, Noboa (léase el Ecuador) seguirá prisionero de las mafias políticas.

Ojo, que este razonamiento sobre los defectos de la democracia cuenta también si Daniel Noboa hubiese ganado en una sola vuelta, porque no es por Noboa que abogo, ni por su partido, ni porque creo que es el mejor; es por mi país y porque, nos guste o no, él fue el candidato más opcionado que representó el lado opuesto al narcotráfico, al delito, al crimen organizado, a la impunidad y al retraso. Y eso, sin duda, es decidir por lo sano y lo mejor.

  • NOBOA TIENE UN RETO MONUMENTAL: Para la segunda vuelta a Daniel Noboa no le queda otra opción que ganarse con gestión (como presidente más que como candidato) los votos de las provincias de la costa donde perdió. Bajar los índices de violencia y delincuencia allí es un reto monumental, pero si lo consigue en algo más de un mes, esa gente que votó por el correísmo podría ver un presidente que cumple con sus demandas más urgentes: ya no sufrir por la delincuencia. (O)

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