Leyenda atrae turismo en la Torre de Baños

Interculturalidad

En el corazón del centro de Baños, Ecuador, se alza imponente la Torre de Cristal, un monumento que ha trascendido su propósito original para convertirse en una atracción turística única, cautivando a visitantes con su encanto renovado y la fascinante leyenda que la envuelve.

Guiada por la visión creativa de Guido Mera Vera, la torre fue concebida como un refugio de su inspiración, un espacio donde su pluma podía danzar sobre las páginas de poesía y novelas. Sin embargo, el destino de la torre dio un giro inesperado cuando, en 1996, se transformó en una discoteca, marcando así el inicio de una leyenda que añadiría un toque de misterio al lugar.

Rocío Elizabeth Mera Alvarado, actual propietaria y custodia del legado literario, destaca la conexión entre la torre y el libro emblemático que lleva su nombre: “Murallas de cristal”. Este libro, exhibido en la edificación, sirve como testimonio tangible de la creatividad que inspiró la construcción de la torre.

La discoteca que ocupó la torre en 1996 se convirtió en el epicentro de una leyenda intrigante que sigue atrayendo a curiosos hasta el día de hoy. Rocío comparte entusiasmada: “La leyenda cuenta que, al sonar una canción de moda sobre una cabra, en el centro de la pista, un enigmático hombre bailaba al ritmo de la melodía, dejando entrever su cola de diablo”.

Tras el fallecimiento de Guido Mera Vera, la torre quedó en el abandono total, hasta que, hace aproximadamente un año y medio, sus hijos decidieron darle nueva vida. Esta vez, la Torre de Cristal dejó atrás su pasado como discoteca para renacer como un atractivo turístico enfocado en la fotografía, dotando al lugar de una perspectiva fresca y atractiva.

“Nos dimos cuenta de que la torre despertaba la curiosidad de los transeúntes. Con sus imponentes 33 metros de altura, se convirtió en el edificio más alto de la zona, ofreciendo a los visitantes una vista panorámica de 360 grados que dejaba sin aliento”, añade Rocío.

El acceso a la torre implica un costo mínimo, permitiendo a los visitantes sumergirse en la historia y la magia que la caracterizan. En la parte alta, una encantadora cafetería invita a disfrutar del paisaje mientras se saborean delicias locales. Este emprendimiento, que abre sus puertas de jueves a domingo, se levanta como un testimonio vivo de la capacidad de transformación y adaptación de un lugar, donde la literatura, la leyenda y la fotografía se entrelazan para crear una experiencia única en la Torre de Cristal. (I)

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