Liberalismo económico / Mauricio Calle Naranjo
América Latina desde la época post colonial adoptó doctrinas económicas provenientes de naciones que además de tener poder tenían influencia en el extranjero donde utilizaban diferentes formas de canales de comunicación de sus teorías, que con el pasar de los años y dependiendo de los réditos nacionales se convirtieron en ideologías utilizadas por los nuevos grupos de influyentes.
No obstante, el liberalismo económico según Jacobsen N. (2007), tuvo su auge entre 1850 y 1890 desde entonces ha sufrido varios tipos de transformaciones y ajustes vinculados a los intereses de cada país. Es así que la transmisión de las teorías económicas a través de intelectuales, gobernantes, comerciantes, periódicos de la época tenía un efecto en la formación del público lector, quienes replicaban los conocimientos en los estratos de los cuales provenían.
Por motivos de estudio y realizando un análisis comparativo con la época actual, se visualiza una implementación cíclica de corrientes de pensamiento en Latino América, ya que en el siglo XIX la mayoría de los escritores aceptaron el credo fisiocrático, según el cual la riqueza verdadera de una nación se basa en la agricultura, lo cual actualmente en el siglo XXI se promulga como estrategia de desarrollo económico. Y resultan interesantes las lecciones que se aprenden de la historia, es así que analizando el fisiocratismo que afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento de la economía estaría asegurado sin la intervención del Estado, se contrarresta con la premisa moderna de libre mercado donde el Estado debe proveer la combinación de libertad y protección como ejemplo tenemos las negociaciones de acuerdos entre los países miembros de la Alianza del Pacífico.
Así mismo, durante la era borbónica, Pedro Fermín de Vargas se convenció de la futilidad del comercio libre y de la necesidad de un plan de desarrollo basado en asegurar el mercado doméstico para productos agrícolas e industriales andinos que hoy en día se profesa en las políticas de Soberanía Alimentaria y se contradice al mismo tiempo con acuerdos internacionales de comercio. (O)