¿LIDERAZGO O PODER?/ Mauricio Calle Naranjo
Tanto en el sector público como en el privado existen personajes que ambicionan determinados cargos, sin embargo, su principal motivación no es exactamente el convertirse en un líder, más bien lo que realmente les motiva es llegar a tener poder. En ocasiones en el campo laboral y político, los conceptos de “liderazgo y poder” suelen confundirse, lo que es un error porque liderar significa poseer varias habilidades que permiten guiar a un grupo de personas, motivando, alentando y apoyándolas para conseguir un objetivo en común.
En Ecuador sucede lo contrario, puesto que hay insidiosos que codician el poder con el fin de sacar provecho de algún modo, por lo general buscan beneficios económicos o llenar de vanidad su ego. Son pocas las excepciones, este es el escenario más común que encontramos, la gente se olvida principalmente que cada cargo tiene responsabilidades y obligaciones que cumplir. No obstante, nuestro país es el claro ejemplo donde las personas aceptan cargos para los cuales no están preparados, lo cual se convierte desde un inicio en un tipo de corrupción. También existen profesionales muy capaces, que no aceptan liderar grupos o no les gusta el poder, porque conocen las desventajas que conllevan y no desean asumir ciertos problemas, no por incapacidad sino porque no les atrae las condecoraciones y jerarquías, o interpretan al éxito de manera diferente.
Entonces es importante analizar, si debido a la presión que ejerce la sociedad por conseguir distinción en poco tiempo y sin esfuerzo, es lo que provoca que muchos codicien puestos de alto nivel, lo cual no significa que estén capacitados para desenvolverse adecuadamente, sino por visualizarse como personas exitosas y superiores. Ecuador no necesita gente con hambre de poder, necesita de líderes que inspiren a lograr objetivos colectivos que transformen positivamente a nuestra sociedad. “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla” (Enrique Tierno Galván).