LLAMADA URGENTE A LA RAZÓN

Columnistas

Está muy claro el pedregoso camino que deberemos sortear para llegar -como país- a un verdadero estado de plenitud en el que se privilegie al ser humano, por sobre cualquier otra consideración; y se asigne justo lugar, a todo lo demás que lo rodea y le sirve para su subsistencia, desarrollo y progreso.

En ese ambiente, sentimientos como el odio, únicamente aparejan obnubilación, desilusión, frustración y desolación; al punto de bloquear el razonamiento y generar tanta o más oscuridad que un apagón.

Si no dispensamos atención a la vida y su proyección, poco favor haremos a nuestro paso existencial y más flaco aún, al que deban asumir generaciones que vienen tras nuestra huella. Por ello, cabe insistir, de la misma manera que cuando argumentamos que, “justicia que tarda no es justicia” … “sanción que se oculta para evitar comentarios, es doblemente perniciosa”.

Dicho de este modo ¿qué nos motiva y qué nos conmueve? 

Es la gran pregunta para contestar, dejando de lado el abandono propio de gente que se abstiene de mirar más allá de sus narices, sin importar más nada que su sola satisfacción y bienestar. Esto último, se llama egoísmo y convierte en paria a quien lo imagina y pone en práctica. Si se junta al odio, crean un caldo de cultivo extremadamente dañino e inconsecuente.

Cuando se toman decisiones (es de entender que se lo hace apegado y con observancia de norma expresa), se asumen competencias, obligaciones y exigencias que ineludiblemente pasan a ser parte del hacer de la persona y de la función o cargo que desempeña.

Por lo mismo, no es posible coincidir y menos estar de acuerdo con la simpleza de asignar responsabilidades por “quítame una paja” y, mucho menos, cargar la mano en contra de una persona por situaciones exógenas e impasses ocasionados por otros individuos o derivados de omisiones e incompetencias de estos, como ocurre con el presidente en funciones, empeñado  en superar males y buscar soluciones para procurar bienestar.

Encuestas y algoritmos son herramientas para recopilar, analizar y utilizar datos; y, en igual forma, si a propósito se mete mano en su información, el pantallazo resultante es tan oscuro e inconsistente como el egoísmo, el odio y la improvisación.

Estamos llamados a ser responsables de lo que sostenemos y difundimos, porque superada la crisis, tengan la evidencia que la ciudadanía enfilará opinión favorable y concretará respaldo a quien lo logre, en tanto -la acérrima crítica- se evaporará y el daño inicial irrogado, sin importar por quien, no podrá esconder el bulto.

Cordura y sinceridad acompañen los pasos de este país que se ilusiona con la posibilidad cierta de eliminar y salir de la narco situación y violencia que le agobia.

Deja una respuesta