Llegó la esperanza que todos queremos

Columnistas, Opinión

Un relato tradicional cuenta que cuando Pandora abrió la tapa de la caja prohibida e inclinó el rostro hacia la breve abertura, tuvo que apartarse rápidamente presa del espanto. Un humo denso y negro salía en enormes espirales del cofre, mientras mil horribles fantasmas se dibujaban en aquellas tinieblas que invadían el mundo y oscurecían el sol. Eran todas las enfermedades, dolores, fealdades y vicios del mundo. Todos ellos salían del cofre de forma violenta, irrumpiendo en las tranquilas moradas de los hombres. 

Pandora trató afanosamente de cerrar el cofre y cortar el paso a los males para remediar el desastre, pero fue en vano. El destino inexorable se cumplía, y desde entonces la vida de los hombres fue desolada por todas las desventuras desencadenadas por Zeus. 

Cuando el humo denso se esfumó y el cofre parecía vacío, Pandora miró en su interior y vio un gracioso pajarillo de alas tornasoladas que aún se mantenía en el interior. Era la esperanza. Se apresuró a cerrar el cofre impidiendo así que la esperanza se escapara al igual que todo lo que había contenido la caja. De esta manera, la esperanza de los hombres se conserva guardada en el rincón más profundo de nuestros corazones. 

En el 2007 Pandora abrió la caja prohibida en el Ecuador y ese humo denso y negro se esparció a lo largo y ancho del país dejando tras de sí una inmensa y pestilente ola de corrupción, cinismo, abusos, narcopolítica y muerte en cada rincón. Desde entonces y hasta ahora los mil demonios que salieron del cofre no se han cansado de sembrar terror y angustia. Pero al igual que en el relato, al fondo del cofre siempre estuvo el pajarillo, nuestra esperanza, que aguardaba pacientemente a ser liberada. El pasado 15 de octubre finalmente abrió sus alas y en un recorrido altivo y magnánimo por los azules cielos del país alcanzó su mayor altura aquí en Tungurahua y ganó la presidencia. 

Pues, resulta que el relato mitológico y nuestra realidad nacional mantienen interesantes coincidencias con el spot publicitario que en su momento lo usó en campaña Álvaro Noboa y ahora su hijo Daniel. La esperanza, la de todo un país, aguardó 25 años (desde la primera candidatura de su padre) a salir del cofre, llegando hoy, en el momento preciso, a dar pelea a los demonios de la narcopolítica. La canción del spot dice: “Llegó la esperanza que todos queremos, Ecuador, Noboa está al frente, que siembre el futuro, que cambie el presente, juntemos las manos, juntemos las mentes, no más corrupción, Noboa está al frente…” 

Daniel Noboa, el presidente electo del Ecuador es nuestra ESPERANZA, así con mayúsculas y con todas las letras, y no me cabe duda que desde el cielo Fernando Villavicencio coadyuvó a su triunfo al ser él quien soltó el pajarillo de la esperanza en el momento preciso. 

Bendiciones presidente, gracias Fernando.  (O)

Deja una respuesta