Los arriendos a referéndum / Luis Fernando Torres
Los berlineses decidirán, a finales de septiembre, en referéndum, si pasa al Senado de la ciudad una propuesta ciudadana para expropiar los apartamentos de grandes inmobiliarias. Los inquilinos agobiados por los elevados cánones de arriendo tienen como objetivo de su cruzada ciudadana a las empresas inmobiliarias dueñas de tres mil viviendas o más. Solamente la inmobiliaria Deutsche Wohnen es propietaria de ciento trece mil unidades.
Berlín, la capital de Alemania, es una urbe cosmopolita, con altos precios de las viviendas y arriendos impagables. De un año a otro, los arriendos subieron en el 43%, para mejorar las ganancias de las grandes empresas inmobiliarias que se cotizan en las bolsas de valores mundiales.
No existe inconformidad con los propietarios de una o pocas unidades de vivienda sino con las multinacionales del arriendo inmobiliario, a las que se les acusa de manipular el valor de los arrendamientos, aprovechando que el Tribunal Constitucional alemán había dictaminado que no podían imponerse topes a los alquileres en Berlín.
Ciento setenta y cinco mil ciudadanos firmaron la petición de referéndum. La mitad de los residentes en la ciudad son inquilinos, dado que carecen de vivienda propia. La campaña electoral es, por consiguiente, intensa, con inquilinos y ciudadanos movilizándose por las calles. Las encuestas dicen que existe un empate entre los que quieren la expropiación y los que se oponen.
La propuesta ciudadana ha provocado una implosión en la coalición de izquierda que gobierna la ciudad. Los moderados socialdemócratas y los verdes están en contra de la expropiación con el argumento que, al final, se reducirán las inversiones inmobiliarias y los precios de las viviendas subirán exageradamente, convirtiéndose en inaccesibles para los ciudadanos. Los más extremistas, en cambio, creen lo contrario y sostienen que la expropiación a las grandes inmobiliarias permitiría el desarrollo de un equilibrado mercado de la vivienda.
Si triunfan los inquilinos en el referéndum, recién se iniciará el proceso para la expropiación, dado que el Senado local deberá aprobar la ley respectiva, la cual, por cierto, estará sujeta a reclamos y, en último término, al pronunciamiento del Tribunal Constitucional.
En ninguna ciudad ecuatoriana operan multinacionales de los arriendos. Más aún, para vivienda, los cánones están sujetos a límites seccionales. Un referéndum como el de Berlín es impensable. Sin embargo, una cuestión sobre la que los ciudadanos deberían pronunciarse es la inseguridad jurídica para desarrollar proyectos inmobiliarios, especialmente de carácter social, por la aplicación discrecional de normas urbanísticas desactualizadas por parte de los municipios. (O)