Los hijos tiranos o síndrome del emperador / Aracely Silva Cadmen
En los últimos años, la proliferación de comportamientos agresivos y violentos en los diversos ámbitos de la vida, ya sea a nivel familiar, escolar o social, ha provocado un aumento de la preocupación social, y con ello, una reflexión acerca del porqué de este fenómeno. Hemos escuchado hablar de la violencia familiar, delincuencia juvenil, acoso escolar, o el maltrato de padres a hijos, pero quizá, nos resulte aquí novedoso el caso contrario de esto último, es decir, malos tratos, conductas agresivas de los hijos hacia sus padres.
El síndrome del emperador, del niño tirano o del niño rey, son las distintas denominaciones que se han dado a un fenómeno cada vez más común, el de los niños que acaban por dominar a sus padres, e incluso, en los casos más extremos, por maltratarles. Son niños que son insensibles emocionalmente, no tienen sentimientos de culpa y algunos casos ausencia de apego hacia los padres.
Las causas son variadas son genéticas, ambientales, entre otras; pero hay muchos factores que influyen, que empiezan desde que son pequeños, y se produce porque los padres son permisivos, o no saben establecer límites. Hay que estar atentos cuando los niños imponen su voluntad o tienen rabietas en lugares públicos o delante de toda la familia, siempre quieren salirse con suya, si se les deja hacer lo que quieren, cada vez hacen más chantaje emocional, así como cuando los padres tratan de satisfacer los deseos de forma inmediata y sin restricciones, padres sobre protectores, acceden a todos sus deseos peticiones y caprichos y son incapaces de verlos sufrir.
¿Cómo se puede frenar este problema? se debe tener muy claro cuál es el rol de cada uno, un progenitor debe ejercer su autoridad, que significa, que tiene que poner límites claros a sus hijos en todos los ámbitos. Muchos de estos niños son hijos únicos, o de padres de edad avanzada; también es frecuente entre los hijos adoptados; y lastimosamente con los años, les ahogan y se vuelven contra ellos. Aprenda a decirles NO y ser consecuentes con esa negación, es importante el saber explicarles el porqué del NO; educar no es fácil, pero si hablamos y les hacemos entender el porqué de cada cosa y las consecuencias, podremos tener una mejor relación en casa.
Según estudios hay más niños emperadores que niñas emperatrices, no se conoce a ciencia cierta, pero hay un componente genético y otras condiciones personales que pueden ser causante de esto.
La pregunta que todo padre se hace es ¿Se puede frenar el síndrome del emperador? Si, es posible si se establecen normas y se fijan los límites apropiados a cada edad, reglas claras y explicar las razones de esa regla, dar a los hijos responsabilidades acorde a su edad, siempre supervisando todas las actividades, procurar gratificar con un pequeño estimulo, pero no soborne; ya que son dos cosas totalmente diferentes, le doy un estímulo por algo que hizo bien, más no chantaje que realice la actividad si quiere un premio, jamás imponga un castigo que luego no se cumpla.
Es vital estar muy atentos al comportamiento de los menores, para así poder detectar las señales de su aparición en una etapa temprana de desarrollo y abordarlo adecuadamente. Si los síntomas aparecen es imprescindible contactar a un profesional que pueda guiar el proceso de tratamiento más adecuado y efectivo, teniendo en cuentas las características personales del niño y su familia.