Los nuevos voceros de la verdad / Juan José Quesada Revelo
La verdad, entendida desde un discurso performativo, no es otra cosa que una invitación a la acción, es decir, sobre ella se cultiva lo que claramente conocemos como “subjetividades” en un contexto social.
Pero, ¿Quiénes son los voceros de esta verdad?, ¿Quiénes nos dicen lo que debemos hacer?, ¿Quiénes garantizan, no sólo el consumo de un producto, sino una “experiencia” inolvidable?
El célebre aforismo de Lacan: “el deseo es el deseo del Otro” nos orienta un poco en nuestras conjeturas. El deseo, no tiene un objeto específico, por lo tanto, nos remite a una “falta” nunca satisfecha; y el Otro (con mayúscula) es el representante de la ley y la lengua. Es decir, el deseo nos es impuesto y lo internalizamos hasta hacerlo propio. Ese Otro bien puede ser Dios, por lo tanto, no es nada extraño que vivamos conflictuados con nuestro deseo. Sin embargo, aunque esta fórmula parezca penosa, también logramos advertir que hay discursos que se instauran a partir, no de un deseo, sino de un goce sin remordimientos.
En esta sociedad exhibicionista, los voceros de la verdad ocupan el lugar del Otro en la era del mercado y dejan el precedente del goce al que los demás se supone deben acceder. Los voceros de la verdad son los llamados influencers, personas que publicitan una cafetería, peluquería, restaurant y cualquier lugar o producto que, por su ojo crítico, es la mejor opción. Sin darnos cuenta, estos voceros de la verdad nos hablan del bien y el mal, de discursos políticamente correctos y de su vida como ejemplo a seguir, pues no sólo nos dicen qué producto consumir, sino que al consumirlo apostamos por la ciencia, salud, beneficencia, estética y el medio ambiente; en fin, la felicidad.
Los influencers nos dicen que podemos vivir acomodados, emprender nuestra empresa, conseguir lo que queramos y ser buenas personas, entonces ¿Dónde queda la locura?
Generar la ilusión de la libertad de elección en los demás es el mayor logro de los nuevos voceros de la verdad. (O)
