Los palos ensebados tradición de indígenas y mestizos
Oswaldo Semblantes de 26 años de edad demostró que fue el más hábil al subir los 25 metros del tronco de eucalipto en menos de diez minutos. Es oriundo de Juigua Yacubamba, comunidad ubicada a 30 minutos de Pujilí, provincia de Cotopaxi.
Escogió el tronco más alto de entre los 60 que estaban ubicados en la plaza de la urbanización Antonio Guzmán. Los troncos son los tradicionales palos ensebados que en Pujilí se los conoce como los ‘castillos del Corpus’ que son colocados en un solo lugar donde hombres y mujeres demuestran sus habilidades y destrezas para subir. Esta tradición se mantiene como una forma de compartir entre indígenas y mestizos.
Semblantes siempre escoge el palo ensebado más alto y durante cuatro años no ha tenido rivales. Jimena Changoluisa, habitante de Pujilí, sostuvo que esta práctica se ha transmitido de generación a generación y miden la habilidad y resistencia física de los participantes.
La tradición de los castillos del Corpus se realiza después de la danza autóctona de las comunidades indígenas. Para realizar el programa se solicita la colaboración de priostes e instituciones y se colocan en cada palo, productos que da la pachamama y que confeccionan los artesanos.
Todos los palos ensebados están repletos. El área donde se ubican los ‘castillos del Corpus’ está cercado hasta después que ingresen las autoridades y los danzantes, es una especie de ritual ceremonial, indicó Rocío Salazar, responsable de la Comisión de Castillo.
Pasada la comitiva se abren las puertas y las decenas de personas ingresan hasta el palo ensebado que han escogido. Todos se alistan preparados con sacos, fundas y hasta en las carteras se guardan lo que más pueden obtener.
Oswaldo escogió el más largo y se llevó prendas de vestir y sábanas.
Juan Albán, director de Cultura del Municipio de Pujilí, explicó que esta actividad representa la armonía que hay entre las comunidades de la Sierra y la Costa. (I)
