Maestra de primer grado

El 13 de Abril se conmemora, se venera, se exalta al Maestro y así se debe hacer al proclamarle autor de nuestra sabiduría y gracias a sus conocimientos somos lo que somos. No importa los juguetes de las Constituciones de la República del Ecuador que para despistar al pueblo se dieron facilidades a los estudiantes, prohibiéndoles a los Maestros a llamar la atención al estudiante, a corregir a su alumno pues caso contrario, constituye delito de habérsele coartado la libérrima actuación y abusos del alumno que proceden en contra de la moral, de las buenas costumbres, del respeto y de todos los valores morales y legales.
Sor JACINTA VALLOTTO MAESTRA DE PRIMER GRADO de la dignísima Escuela católica González Suárez en el año 1955-1956 enseñándonos a como escribir correctamente nuestro vocabulario y las palabras y expresiones de un ser humano apegadas estrictamente a la moral, las buenas costumbres y de todos los valores éticos. Con lápiz, canutero, pluma y tinta con la guía de la Madre JACINTA aprendimos a escribir que debemos adorar a Dios y respetar a nuestro prójimo para terminar el año lectivo con el libro “GILGERITOS”.
La Madre italiana JACINTA VALLOTTO termina este año lectivo y se traslada a una escuela recientemente fundada en el Barrio la Vicentina en una casa arrendada que disponía de 4 piezas.
Las dos religiosas JACINTA VALLOTTO y FLORIANA SANTOMAZO quedando libres de presentar servicios en la escuela González Suárez se trasladan a pie cada día desde Bellavista “La Loma” hasta la Vicentina por la mañana y por la tarde de regreso.
JACINTA VALLOTTO afrontó pequeños y grandes sacrificios de la caminata diaria pudiendo soportarlo, no así la Madre FLORIANA que cumplía 60 años y la una y la otra religiosas conquistando almas para Dios.
Como no recordar la verdadera Maestra y los verdaderos alumnos llenos de todos los valores de una y otros para hoy en día estar enalteciendo aquellos valores entregados.
Exaltemos al Maestro y a la Maestra de las escuelas, colegios y universidades, así como también respetemos tanto al maestro de las aulas como al maestro de los talleres. (O)