Maldad fraudulenta

Columnistas, Opinión

La crisis de los opioides tuvo y tiene nombre y apellido: Perdue Pharma y la familia Sacker. En diversas plataformas la macabra historia ha cobrado relevancia, especialmente la serie “Dopesick” que ganó algunos premios cinematográficos. Y la conclusión es demoledora: un fraude gubernamental promovido por una empresa corrupta derivó en la peor crisis de abuso de drogas, muertes y destrucción de sociedades enteras. Cuando se pregunten por qué el fentanilo genera zombies en las calles de Estados Unidos y por qué las medicinas legales que se venden en farmacias tienen de rodillas a los norteamericanos regresen a ver a la familia Sacker.

Pero el problema inicial lo generaron con el OxyContin. La familia Sacker, preocupada por la caducidad de ciertas patentes que les generarían pérdidas futuras, desarrolló a propósito un medicamento para potentemente aliviar el dolor que, deliberadamente, también generaba dependencia y adicción. Para venderlo, fraudulentamente obtuvo de la agencia FDA una calificación inédita de que el producto no generaba adicción sino solo en menos del 1% de los consumidores.

Asimismo, lanzaron campañas publicitarias engañosas para vender el producto. Organizaron viajes con todo pagado a doctores en pueblos pequeños para que no receten nada más que OxyContin. Todo valía, y las ventas subían. Tales fueron las ventas que la familia, por sí sola, subió su fortuna conocida a más de 14.000 millones de dólares. Se aprovecharon del dolor de familias de mineros que, destruídos por el dolor, no encontraban alivio con otras medicinas.

Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y la familia cayó, al menos en el imaginario estadounidense. Conservan parte de la fortuna, incluso luego de millonarias multas, pero la sanción general fue demoledora. El apellido de la familia fue sacado de todas las obras sociales y los museos donde la plata fluyó alguna vez. Todo acabó. La crisis, sin embargo, recién ha empezado. El fentanilo ya llegó hasta el Ecuador y su potencia en 50 veces más fuerte que la de la heroína.

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