Maradona gloria, escándalo y leyenda / Hernán Marcelo Guerrero
Este deportista fue un genio jugando con el balón, fueron dos citas mundialistas México 1986, Italia 1990, testigos de sus grandes genialidades, como futbolista lideró equipos extraordinarios que llegaron a la cúspide del fútbol de élite; sus demostraciones futboleras vistosas, efectivas, inteligentes no han podido ser emuladas en su real dimensión por otro deportista, el espectáculo que ofrecía en cualquier gramado fue único durante su carrera profesional, atesoró grandes títulos tanto en su selección nacional así como en los clubes donde paseó su clase. Quien lleva el número 10 en la espalda, está obligado a cargarse el equipo. Generalmente es zurdo y desde el centro del campo estudia el partido convirtiéndose en el cerebro del mismo como media punta o conductor, malabarista con la pelota a la que manejaba con las piernas como si lo hiciera con las manos, esos hombres llevan como trofeo el delirio de los aficionados que lo adoraron sin medida en los estadios y lo perdonaron todos sus deslices.
Su presencia nunca pasaba por desapercibida. Miles de personas rogándole por un autógrafo una foto o selfie, hicieron que el concepto de vida privada se pierda en el horizonte. La fortuna prematura, el conseguirlo demasiado joven, lo llevaron al hoyo de las adicciones. Viviendo en la tierra su propio infierno. Su complicada vida familiar y sus excesos verbales hicieron parte de la personalidad singular, un error de los aficionados se le llegó a comparar con un dios. Maradona generó idolatría entre las masas. Pero políticos, monarcas, millonarios y pontífices ansiaban una foto con él. En su ignorancia política admiraba a controvertidos caudillos como, Putin, Castro, Chávez, Da Silva, entre otros. Los romanos decían que al pueblo hay que darle pan y circo. Lo del pan es vital. Pero el circo es fundamental en la existencia humana que busca eventos para aliviar su espíritu de las tensiones omnipresentes en las vidas. El deporte para los seguidores es quizá el circo más importante del mundo contemporáneo, por lo menos en la civilización occidental.
Al término de su vida, lo bueno fue ser buen futbolista, lo malo sus evidentes adicciones y enfermedades y mal ejemplo para la juventud, lo feo el aparecimiento en cámaras de algunos dictadorzuelos que, aprovechándose del momento emitieron mensajes subliminales de pacotilla, y el bochornoso minuto de silencio en los estadios que no se merecía este pateador de pelota, tristeza por el funeral en la casa rosada sin respetar los espacios de bio seguridad fue otro circo más, ya que el gobierno argentino trató de apaciguar el mal momento político-económico que atraviesa ese país. Se fue el ídolo y comienza la leyenda atrás quedan los escándalos las poses rocambolescas y los vicios hoy sólo recuerdos quedaron de este polémico número diez. (O)
@abogadohmg