Más Corrupción / Editorial
Conforme transcurren los días, aparecen nuevos casos de atraco a los dineros públicos, de negociados, de coimas, de sobreprecios y de todo tipo de perjuicios a los dineros que pertenecen a todos los ecuatorianos, cuyos sectores pobres son los más perjudicados.
El pueblo llano como que se muestra indiferente ante tanta corrupción institucionalizada; no existe una reacción firme de rechazo y de disgusto ante tantas denuncias. Es hora de exteriorizar este repudio en forma masiva y pública, sin recelos ni temores, al amparo de la libertad que existe en el país.
La clase media, la más perjudicada por la galopante corrupción, demuestra su preocupación por esta lacerante realidad que vive la Patria. Critica, reclama y protesta en toda oportunidad que se le presenta, en medios de comunicación y otros mecanismos.
Lo más preocupante en este entorno de corrupción de la década perdida es la tardanza en la tramitación de las denuncias Se hacen públicos los hechos delictivos. Entran a la etapa investigativa de la Fiscalía y comienza el viacrucis. Cuando logran pasar los casos a la administración de Justicia, es para decepcionarse.
El Consejo Nacional de la Judicatura debió hacer la evaluación de Jueces y Fiscales de todos los niveles, habida cuenta que numerosos de ellos actuaron al margen de la ley, cumpliendo consignas políticas, condenando a inocentes y absolviendo a culpables. Ha pasado el tiempo y ningún resultado. Hasta cuándo habrá que esperar para sanear la Justicia, muy desprestigiada. (O)