El óxido de la vida

Columnistas, Opinión

El ser humano muestra una gran preferencia por el orden, las apariencias, la continuidad y lo predecible en su vida, por eso se percibe como estresante cualquier hecho, bueno o malo, que conlleve a un cambio, por la misma razón el grado del cambio que requieren diversas situaciones indican cuan estresantes son. El no saber tolerar las emociones negativas de nuestro entorno, la falta de estrategias educativas en medicina familiar para aprender a enfrentarlas, tiene un alto costo que es el daño a nuestra salud, ya que dependiendo de la intensidad y el tiempo que nos exponemos a las situaciones de amenaza podemos tener cambios como aumento de la presión arterial y del ritmo cardíaco, deterioro de nuestros tejidos, vasos sanguíneos, corazón, envejecimiento precoz, etc. Pulmones, sistema nervioso y otros sistemas fisiológicos se ven obligados a trabajar en forma más extenuante. Se producen profundas alteraciones biológicas y un potente efecto negativo sobre el sistema inmunológico (defensas). Trastornos psicosomáticos como jaquecas, dolores de espalda, irritación de la piel, indigestión, cansancio, estreñimiento, diarrea, y más complicadas como úlcera, asma, artritis, presión alta, eczema, etc. El estrés prolongado puede incluso acrecentar la vulnerabilidad al cáncer.

Una mente joven es espontánea, imprevisible, no condicionada, abierta a las posibilidades y no se siente cohibida por las normas establecidas, renuncia a la necesidad de definirse en términos limitados, tolera la ambigüedad dando lugar a la espontaneidad. Una mente joven es juguetona y despreocupada, su risa es fácil, genuina y gozosa. Todas éstas son cualidades del espíritu, que es mágico y entusiasta, despreocupado por naturaleza. Cuando uno se abandona a la risa entra en el mundo presente relajado, suelta el pasado y se olvida del futuro, pierde la noción del tiempo, entra a participar en el mejor remedio para el cuerpo y la mente, ya que la risa, fortalece las defensas, eleva la tolerancia al dolor y alivia la depresión.

Nada puede resistir ante la risa, a veces basta con encontrar el lado ridículo de un problema para hacer estallar todos los átomos benéficos que poseemos para prolongar y mejorar nuestra salud y nuestra vida. Es algo que ni la más colosal patraña del poder y el dinero lo lograrían. Empieza por los labios y termina en el fondo del alma desbordando y burbujeando por doquier energía positiva, triturando todos los mecanismos de destrucción interior que las emociones negativas pueda provocar. Es parte de nuestro lado optimista, pues la risa nos hace olvidar las tristezas. Es el desinfectante, el jabón y el perfume para el espíritu.

Por otra parte, ego negativo, arrogancia, engreimiento, vanidad son serios, solo le interesa el poder, el control y la aprobación, se ofende con facilidad. La persona dominada por el ego es arrogante y se cree importante. Vive una experiencia oculta de miedo, miedo a perder el control, miedo a perder el poder, miedo a perder la aprobación Este miedo engendra seriedad y la persona tiende a ofenderse con facilidad. Toda preocupación sombría, el mal humor y la ansiedad. todo ese óxido de la vida debe ser lubricado con el aceite de la alegría para que resbale y no se quede a vivir con nosotros. (O)

MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL

Deja una respuesta