Remembranzas

Columnistas, Opinión

La vehemencia y la sentida identificación con Daniel Habif, uno de los más jóvenes motivadores latinoamericanos que sintoniza el “cableado humano” y la ciencia de la felicidad, ha provocado que, como una avalancha, se inunde mi memoria de los momentos más difíciles, llenos de carencias y agobios, pero mezclados con coraje y esfuerzos para llegar a los objetivos deseados. Una dura vida universitaria, luego vendrían unos meses que parecieron siglos de exigido estudio acompañado de un indescifrable castigo físico y psicológico en un muy severo curso de militarización para finalmente cursar durísimos años en tan lejanas tierras asiáticas.

Literalmente dice: “Oye ya verás que todo eso que estás haciendo con tanto amor y esfuerzo y crees que nadie ve y valora, muy pronto va a valer tanto la pena que vas a mirar esta terrible temporada como una de las mejores temporadas de tu vida, porque estas acciones que estás realizando con una devoción absoluta pura y hermosa están siendo las piedras angulares que van a sostener todo ese futuro y no un futuro cualquiera, va a ser un futuro de días y secuencias brillantes, una celebración de toda tu constancia y perseverancia, tranquilo, porque vas a ver el poder de la voluntad humana, tú tienes esta voluntad para superarte, para crear, para desarrollar, para ascender desde abajo, te prometo que cada gota de sudor, cada lágrima derramada y cada noche sin dormir están siendo los arquitectos silenciosos de todo ese futuro brillante que tú crees que simplemente no va a llegar, pero llegará, porque ahora mismo solamente estás en el laboratorio secreto de tus esfuerzos, no solo estás forjando un camino sino estas construyendo un legado que va contar la historia de tu propia resistencia. Sé que hay miles que te están diciendo que no vas a lograrlo, sé que hay palabras que son lacerantes y que continúan perforando tu espíritu todos los días como si fueran dardos envenenados y tú cada día vas apretando más y más y más los puños, pero si levantas la cara, la frente, ahora mismo vas a decidir enmendar cada una de tus heridas porque mañana vas a despertar antes que el sol para encarar la penumbra con mucha firmeza porque ni el frío ni la fatiga ni el miedo ni la tristeza nada va a hacer que te detengas porque tú quieres que tu cuerpo sea el testamento de cada una de estas batallas porque vas a estar en el cuadro de honor.

La negación de los demás va a hacer crecer tu obstinación porque en tu corazón ahorita hay un fuego que es completamente inextinguible, es un fuego que va a ser avivado por la tenacidad, por el amor, por la gracia divina y a cada embestida que recibas a partir del día de hoy tú vas a responder con una maniobra extraordinaria a cada ataque del viento con una determinación más férrea, es más, le va a hacer falta fuerza al viento para detenerte. Pon una sonrisa en el rostro porque tú más que nadie sabes todas las montañas que has escalado, los mares que has cruzado, los dragones que has vencido, y no vas a parar ahora en medio de estos días de tristeza, estás erigiendo tu futuro. Un día vas a llegar al final de este pequeño camino y va a aparecer la luz del éxito interno y externo y esa luz bañará toda tu vida.”  (O)

MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL

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