Mentirosos

Columnistas, Opinión

Nunca antes en la historia republicana del Ecuador, la calidad de políticos ha sido tan baja y su gestión tan despreciable como lo es ahora. Siempre tuvo ignorantes, ciertamente, pero jamás con el atrevimiento de los de ahora. Siempre tuvo ladrones, pero nunca con la voracidad de los de hoy. Y siempre tuvo malosos, pero en ningún caso actuando como brazo político de la mafia y el narcotráfico como operan hoy en día. 

Sin embargo, hay otro elemento tremendamente determinante que es preciso destacarlo de manera singular, y es que la política siempre tuvo mentirosos, evidentemente, pero en ningún momento con el cinismo grosero y descarado de muchos de los actuales políticos y asambleístas (sobre todo de los de la Revolución Ciudadana, Social Cristianos y otros) que cada vez que hablan o actúan lo hacen escondiendo un oscuro propósito y ocultando sus sucias intenciones, mintiendo. Ejemplos hay innumerables, como el calificar de delincuencia común al asesinato de Fernando Villavicencio o el recomendar el archivo de juicio político a Wilman Terán, solo por citar un par de las últimas patrañas forzadas perpetradas por estos mitómanos de oficio.  

Y es que para evitar ser descubierto, el político ladrón o matón suele llevar a cabo sus delitos con sigilo y anonimato, pero para mentir no disimulan ni guardan discreción, les importa un carajo que sus nombres y rostros sean reconocidos abiertamente por millones de ecuatorianos como los contumaces embusteros que son: se declaran perseguidos políticos y listo; lo único que les interesa es regresar al poder aún a costa de su exigua dignidad. 

Pero no toda mentira es ruin como la de estos canallas. Hay mentiras humanamente tiernas, como la siguiente, que contrarresta la podredumbre de tanta falacia politiquera.   

La madre de un pequeño niño murió, por lo que su padre se casó con una segunda mujer. Un día le preguntó a su hijo: ¿Cuál crees que es la diferencia entre tu madre vieja y tu madre nueva? 

El muchacho respondió directa e inocentemente: ¡Mi verdadera madre me mentía, mi nueva madre es honesta! El padre se quedó absorto con las palabras de su hijo y le preguntó: ¿Por qué?, ¿Cómo es que tu madre biológica te mintiera y la nueva sea honesta? 

El pequeño dijo: Cuando yo jugaba y hacía enojar a mi madre, ella me decía: ¡Si no obedeces, no comerás!, pero yo sabía que en cualquier momento ella saldría a buscarme para devolverme a casa y darme de comer. Ahora, cuando juego, mi nueva mamá me dice lo mismo y aquí estoy con hambre de dos días. 

Otro sería el Ecuador si los mal llamados “padres de la patria” abrieran la boca para mentir con la ternura y el amor que los padres profesan a sus hijos, pero todos sabemos que los narco-políticos profesan sí, pero no precisamente ternura. (O)

mariofernandobarona@gmail.com 

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