México lindo y querido

Columnistas, Opinión

El impase diplomático entre Ecuador y México, a causa del exvicepresidente Jorge Glas, no está superado ni deja de crear tensiones entre ambos países. La situación continúa provocando reacciones antagónicas en la opinión pública y un ambiente de incertidumbre en los ecuatorianos que están de paso o que viven en suelo mexicano.

La relación entre los dos pueblos históricamente ha sido de carácter amistoso, con lazos diplomáticos sólidos e intercambios culturales y comerciales significativos. La cooperación en temas migratorios, de seguridad, medio ambiente, deporte y turismo nunca han dejado de desarrollarse dentro de los mejores términos, siendo este país norteamericano un importante aliado para el Ecuador.

Antes bien, esta amplia tradición no impidió que, a partir del caso de Jorge Glas, el vínculo amistoso se rompa de la peor forma posible. El exvicepresidente, condenado por asociación ilícita en el caso Odebrecht, acusado de recibir sobornos de la constructora brasileña, al ingresar en la embajada mexica, primero como huésped, hasta alcanzar el estatus de asilado político, sembró la discordia y la posterior ruptura de relaciones diplomáticas.

Tras la irrupción de la fuerza pública ecuatoriana en su embajada, México reclama con vehemencia la excarcelación de Glas y un salvoconducto que le conduzca desde la cárcel de Guayaquil hacia el aeropuerto Benito Juárez. López Obrador, cuyo mandato terminará en pocos meses, difícilmente verá este sueño hecho realidad. El gobierno ecuatoriano argumenta que el asilo se otorga exclusivamente en casos de persecución por motivos políticos. Glas está sentenciado por corrupción. 

La sociedad ecuatoriana está dividida. Hay quienes aprueban la invasión a la sede diplomática. Otros consideraban que fue un error con graves consecuencias para el país. Por ahora y dependiendo de quien gane las próximas elecciones presidenciales de México, no se vislumbra una solución a corto plazo. Es posible que más adelante se busquen vías de mediación internacional para resolver la situación y se implementen medidas para evitar futuros conflictos similares.

El impasse diplomático a causa de un sentenciado por la justicia ecuatoriana pone en evidencia la importancia de transparentar la concesión del asilo político y el uso de una sede diplomática. Es crucial que se encuentre una salida para restablecer la confianza y la cooperación entre los dos países, ante todo, por el bienestar de los compatriotas que no tienen otra ruta para llegar a los EEUU. (O)

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