Vivimos una realidad líquida, todo evoluciona y apenas sabemos hacer planes a largo plazo. El impacto de las tecnologías digitales es uno de los aceleradores del cambio social. La llegada de la Web 2.0 trajo una nueva forma de relacionarnos con la población juvenil. Las dos últimas generaciones integradas por “millennials” o “generación Z” y “centennials” o “generación Y”, están en la mira de todos.  

Los millennials son el grupo que nació entre 1980 y 1995 y los centennials pertenecen a la generación que llegó al mundo entre los años 1997 y 2000. La diferencia parecería estrecha, sin embargo, la brecha tecnológica produce distancias gigantescas. A pesar de no ser nativos digitales, los millenials fueron testigos del desarrollo de las tecnologías de la información y usuarios de las primeras redes sociales, mientras tanto, la generación de los centennials no conoce el mundo sin Internet. 

Estos cibernautas transitan por entornos artificiales creados a través de herramientas informáticas; navegan en la realidad virtual mediante el uso de dispositivos electrónicos: computadoras, tablets o teléfonos móviles. Esto les hace mirar su entorno: estudio, finanzas, consumo, negocios, vida familiar, enamoramientos, relaciones personales,…  a partir de las tecnologías de la información. La interacción con este mundo virtual tiene ventajas, pero también problemas reales asociados al uso del ciberespacio: “ciberbullying” o persecución entre escolares; grooming o acoso realizado por adultos hacia menores de edad; “sexting” o difusión de contenidos de tipo sexual a través de internet; “sextorsion” o chantaje realizado a partir de la posesión de una imagen íntima de la víctima; entre otras cosas. 

En un mundo virtual en el que todo evoluciona de forma vertiginosa, el intercambio en las redes, demanda procesos de prevención en los que no tiene cabida la educación basada en el control y la restricción. El uso correcto de los medios informáticos requiere conocimientos antes que prohibiciones. Millennials y centennials no pueden estar en el mundo sin conocer el concepto de privacidad, las normas de comportamiento en la comunidad virtual y la importancia del respeto a la hora de interactuar con otros. La sociedad actual enfrenta uno de sus mayores retos en los que estas dos generaciones son protagonistas directas.  (O)