Muere presuntamente tras recibir inyección
Lo que empezó como una visita a la farmacia en busca de alivio terminó en tragedia irreparable. A las 18:50 horas del último lunes, en calles del cantón Tisaleo, el silencio de la noche se rompió con la angustia de una familia que vio apagarse la vida de un hombre de 70 años que, minutos antes, presuntamente había recibido una inyección para tratar sus problemas pulmonares.
Su hijo, contó que su hermana llevó al anciano a una farmacia, donde le aplicaron un medicamento. Pero la esperanza de alivio pronto se convirtió en desesperación: el hombre no reaccionó. Ante la urgencia, lo trasladaron a la Clínica particular, donde una doctora solo pudo confirmar lo peor: ya no tenía signos vitales.
El ECU-911 activó la alerta y la policía se trasladó al sitio. Minutos después, llegaron agentes de la Dinased y Criminalística, quienes informaron del caso a la Fiscal del cantón Quero. La ley indicaba que el cuerpo debía ser llevado al Centro Forense de Ambato para determinar las causas del deceso.
Pero la tensión aumentó rápidamente. Alrededor de 300 personas, entre familiares y allegados, se opusieron al traslado del cadáver. Entre lágrimas y reclamos, el hijo del fallecido insistió en que su padre estaba bajo tratamiento médico y que un doctor allegado le extendería el certificado de defunción, impidiendo así la autopsia.
Finalmente, con el documento en mano, las autoridades cedieron. La Dinased entregó el cuerpo a la familia, dejando la responsabilidad legal en sus manos. (I)
