Muerte de inocentes / Editorial
La Iglesia Católica celebra hoy el Día de los Santos Inocentes, según relato de San Mateo, que representan la muerte de centenares de niños que aparecieran en la comarca administrada por el sanguinario Herodes, rey de Judea, quien burlado al no haber encontrado al Niño Jesús, Hijo de Dios, actuó con extrema crueldad.
Herodes, años después, ordenó la muerte ominosa de Jesús, crucifcado en el monte Calvario, acusado de haber desafiado al Reino del César, cuando El predicaba que su Reino no era de este mundo, sino de orden espiritual que trascendía los límites de lo finito de la tierra para llegar al Padre. Dijo, en forma hipócrita que, al lavarse las manos, no quería comprometerse con la sangre de este Justo.
De estos dos acontecimientos históricos podemos obtener algunas lecciones que deben servir a los hombres para ahondar en la realidad que vive la humanidad en los actuales tiempos.
Miles de niños mueren en el seno materno por la acción de quienes manipulan el aborto, que propician y alcanzan su legalización de esta forma de muerte; así como de los niños que mueren por desnutrición. Además, el lavado de manos para dar paso a la impunidad frente a delitos graves, como la corrupción, el atraco de fondos públicos y los atentados a los derechos humanos.
Estas realidades obligan a que gobernantes y gobernados asuman la responsabilidad para retornar a los valores morales y liberar de los sectarios y fundamentalistas de la confusión en que viven. (O)