Mujeres de Oro / Andrea Manjarrez Ocaña
Me siento orgullosa y satisfecha del rol de la mujer hoy en día, el que ha costado trabajo y esfuerzo a través de la historia en los diferentes espacios, para en la actualidad constituirse como protagonista de vida, de su vida y a través de ello ser testimonio de valor.
En los últimos días nuestras representantes femeninas ecuatorianas en los Juegos Olímpicos en Tokio, en otro lado del planeta, demostraron de qué están hechas a través del deporte; su disciplina, profesionalismo, fuerza les permitieron lucir una presea Olímpica y dieron la oportunidad de que el mundo aplauda a la tricolor, a esa bandera que necesita tanto de patriotismo, de amor a sus colores, mujeres que lograron llevar un verdadero sentido de feminismo, que nos llenan de orgullo, de alegría, de emoción, madrugadas que mantuvieron el corazón henchido de algarabía por ver a los deportistas llegar a la meta o cumplir su sueño, porque todas las personas nos sentimos identificadas con su fuerza de voluntad y decisión, porque vemos que los anhelos cuando son con convicción se hacen realidad.
Gracias infinitas a quienes nos permitieron creer y confiar en nosotros mismos, gracias a nuestras Mujeres de Oro. (O)