Mujeres rurales, empoderadas con su entorno
¿Por qué es importante el accionar de la mujer en el campo rural?, se convierte en una de las preguntas que debe ser analizada y respondida frente a la transformación y empoderamiento de sus entornos.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) reconoce a las mujeres rurales, porque juegan papel importante en la recreación y transmisión de los saberes ancestrales de las comunidades.
“La mujer indígena en el ámbito rural cumple varios roles de singular importancia combinando en la generalidad sus roles reproductivo y productivo, pasa a ser madre, esposa, ciudadana y profesional, pero el modelo tradicional ha minimizado esos roles entonces las mujeres forman grupo heterogéneo. Sus actividades están basadas en la agricultura, ganadería, comercio y empresas”, es parte de la introducción realizada por Luis Remache en el Programa “Voces Rurales” con el tema “El rol de la mujer en el campo rural”, transmitido por Flacso Radio.
Además, enunció que el medio rural es la principal fuente de trabajo que les permite cumplir con sus necesidades básicas. También contribuyen con el desarrollo familiar mediante el aprovisionamiento de alimentos, agua, vestido, educación y salud”.
La mujer indígena en la historia ecuatoriana ha establecido logros, desde el reconocimiento de sus derechos como mujer, hasta el acceso a la tierra y la educación. También se ha inmiscuido en la vida política del país, con lo que se puede decir la reivindicación de las indígenas va hacia la cúspide.
La evolución y reivindicación histórica es un hecho en las zonas rurales de Tungurahua mediante el apoyo de organismos públicos y privados. La Fundación “Dignidad y Vida” mediante los emprendimientos agropecuarios ha brindado la oportunidad de fortalecer el accionar de las mujeres.
Los emprendimientos agropecuarios se han convertido en el momento para romper miedos y adquirir la capacidad en la toma de decisiones. La iniciativa surgió en el 2015 con el propósito de brindar el apoyo a las mujeres rurales. El cambio se ha visto poco a poco. Uno de los ejemplos se encuentra en la comunidad de Pataló Alto de la parroquia Juan B. Vela.
El grupo integrado por 20 mujeres inicialmente fue dirigido por Mariano Huallco. La primera presidenta fue María Tipán y actualmente la directiva está integrada por Myriam Isabel Guallco, presidenta; Diana Sinalín, secretaria e Hilda Masabanda, tesorera. El grupo ha mostrado puntualidad y participación activa en las tareas coordinadas con el personal de la organización no gubernamental. Los emprendimientos agropecuarios están concebidos para ofrecer el apoyo económico a las mujeres rurales.
La literatura también relaciona a la mujer rural con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre ellos: Erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorarla salud materna; combatir el VIH/Sida, malaria y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; fomentar alianza mundial para el desarrollo. (I)
