Narcos, testaferros y lavadores

Columnistas, Opinión

Noticias Caracol en Colombia informó el operativo para capturar a alias “candado” que fue encontrado en una hacienda del eje cafetero. La autoridad de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol mencionó el modus operandi de este delincuente que como lavador de dinero tenía la fachada de un exitoso joven empresario que aparte de llevar una vida glamorosa también patrocinaba modelos, futbolistas, cantantes y políticos. Poderoso caballero es Don Dinero”.

De igual forma existen historias similares a las de memo el fantasma, Gerald, Oscar Caranqui, que de la nada fueron construyendo su imperio con plata mal habida; y en Ecuador la Fiscalía este mes, ha denunciado la estructura de Norero y sus numerosos testaferros.

En el país, cada día es más común encontrar a personajes que muy hábilmente han logrado permanecer victoriosos detrás de ciertas actividades económicas, mientras a nivel mundial empresas sólidas han sido abatidas por devastadoras recesiones (el colapso del mercado inmobiliario en el 2009 y la pandemia en el 2020). Como suelen decir “en pueblo chico, infierno grande”, es secreto a voces que esos negocios además de ropa también lavan otra cosa, a vista de un pueblo cansado de quejarse a una justicia y autoridades, que ya han sido corrompidas o intimidadas por el “exitoso emprendedor”.

A pesar de ser un delito el lavado de activos, el efecto negativo que tiene en un territorio es la alteración de la economía local. Lo cual es un fenómeno que merece un análisis profundo porque Ecuador tiene un alto índice de vulnerabilidad frente al blanqueo de capitales en comparación a otros países de América Latina, no solo del narcotráfico, aquí también se lava dólares que provienen de los sobornos en los contratos del gobierno.

La descomposición de la sociedad ha tenido su protagonismo en las noticias de la Fiscalía, pero como ciudadanos debemos colaborar para detener la putrefacción del tejido social. Elogiemos a las personas éticas y honestas, y repelamos a los negocios turbios de los delincuentes de cuello blanco y testaferros de narcotraficantes.

Y en tu ciudad ¿a cuántos “Geralds, Caranquis, Noreros” conoces? (O)

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