Necesario definir un modelo económico / Edison Narváez Z
Una vez terminada la Consulta Popular cuyos resultados permiten vislumbrar un rumbo claro para el establecimiento de las respectivas reformas, urge ocuparse de una maltratada economía que llevó al país más allá de las preventas petroleras y del irresponsable endeudamiento que le pone al gobierno en una encrucijada, pues este endeudamiento rodea el 40% del PIB. No olvide el lector que el límite de la deuda consolidada (que excluye las obligaciones del estado con organismos públicos) no debe ser superior al 40% del PIB conforme lo establece el Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas. Y si acaso el gobierno quisiera elevar éste límite legal, deberá realizarse a través de una reforma vía Asamblea Nacional, lo cual ciertamente implica un problema político.
No obstante, si persiste el déficit fiscal (es decir si los egresos del país son mayores que los ingresos) el gobierno inevitablemente deberá acudir a un mayor endeudamiento, entonces se verá envuelto en esta encrucijada de pedir a la Asamblea que autorice elevar el límite legal de la deuda.
Estas son las secuelas de la famosa revolución ciudadana caracterizada por un excesivo gasto público, minúscula inversión extranjera y escasos acuerdos comerciales.
Apremia el hecho de contar con un modelo económico cuyos objetivos sean coyunturales en el corto plazo como la generación de empleo y el control de precios; y estructurales en el largo plazo como la expansión de la producción y equilibrio de la balanza de pagos; temas estos que deben estar centrados en el adecuado manejo de la política fiscal, es decir en la responsable administración del gasto y del ingreso.
Esencial generar confianza en el mercado internacional ¿De qué manera? Reduciendo el excesivo gasto público. Iniciando un proceso de sustitución de importaciones por producción interna para desincentivar el contrabando e impulsar el comercio nacional. Establecer una racional distribución de la renta y la riqueza, es decir buscar una reducción progresiva de las diferencias entre los niveles de ingresos personales, la concentración de la riqueza y la provisión de bienes públicos.
Es imperativo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, que reduzca el subempleo con incentivos al microempresario, que tienda a velar por los más necesitados, sin que esto signifique quitar a los que más tienen para que el estado distribuya conforme su criterio.
El escenario heredado e infectado por la corrupción, ciertamente complica establecer un modelo económico que permita dejar de depender de la deuda pública y de las exportaciones primarias. El país le ha dado todo el respaldo al Presidente Moreno para que pueda encontrar una verdadera institucionalidad y desarrollar sus potencialidades de una manera consensuada, sostenible y responsable.