Necesidad motiva a vender

Ciudad

Pese a los esfuerzos de las autoridades, los informales no dan tregua y están abarrotados en las calles circundantes del Mercado Central. (Foto El Heraldo)


Los comerciantes del Mercado Central se reunieron para ponerse de acuerdo quienes atenderán y qué personas se acogerán a no asistir a sus puestos de trabajo por prevención de su salud, ayer.

De los 385 comerciantes no todos brindarán sus servicios. La administración del mercado acoge los criterios de los que desean o no seguir laborando, explicó el administrador Christian Ponce.

Mientras tanto, los clientes pueden seguir concurriendo al mercado ya que está abastecido y organizado, porque de acuerdo a las últimas disposiciones se laborará  para atender con el 30% de comerciantes.

Funcionan desde ayer las tres puertas de ingreso al mercado las cuales están con la respectiva señalética para que los clientes puedan ingresar y observen por dónde deben caminar y así puedan orientarse cuáles son los pasillos para ir y venir; de esta forma se reduce significativamente el contacto entre clientes y comerciantes.

Jojan Uvidia comercia mariscos frescos en el segundo piso en el local 79. Son 60 años en que su familia se ha dedicado a este negocio de los cuales 10 lleva Jojan al frente del mismo y comentó que cuando se cerró el mercado por seguridad, su mercadería la congeló para venderla a domicilio y otra parte la consumió en familia.

Para retornar al mercado, los comerciantes acataron todos los protocolos de seguridad y, en su caso, debió realizar contactos con los proveedores de Manabí y Esmeraldas para que le trajeran producto fresco para sus clientes, pero en poca cantidad, agregó.

La comerciante, Betty del Rocío Mayorga Núñez, está  en el local 187 perteneciente a la Sección Lácteos, entrando por la calle Marieta de Veintimilla.

Ella comercializa justamente los lácteos desde hace 16 años. Cuando por seguridad sanitaria cerraron el mercado debió buscar formas para vender sus productos, siendo sus hijos quienes hicieron contactos vía internet hasta lograr que por las redes sociales se ofertaran los productos y se realizaran entregas a domicilio en moto.

Hace un mes retornó al mercado y para abastecerse debió pedir dinero a los amigos y prestamistas. “Es un mercado adentro y plaza afuera por los informales”.  Se espera que las autoridades controlen a los vendedores y los ubiquen en espacios dignos donde pueden realizar sus negocios y no sean competencia al mercado, ya que adentro hay seguridad para clientes y afuera es inseguro para quienes se arriesgan a adquirir algún producto sabiendo que está el coronavirus en la sociedad, agregó la comerciante. (I)

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