Negocios luchan por mantenerse

Gisella Poveda, propietaria de la Cafetería ‘Chocolatte’, dijo que lleva cinco años con el emprendimiento. Se respeta, dijo, las disposiciones de las autoridades en laborar con el 30% del aforo, pero eso perjudica las ventas; a esto se suma el hecho de que las personas tienen poco circulante y además el miedo de salir de casa.

Se hace un balance del negocio para ver si se puede o no solventar las obligaciones con el IESS, ya que se vende apenas un 10%. A la poca clientela se ofrece desayunos, sánduches, tigrillos, bolones, variedad de desayunos y sobre todo, amplia gama de sabores en chocolate. Se tiene todas las medidas de bioseguridad.

“A los tres meses salgo a la calle, porque he laborado desde desde casa. Mi negocio es la venta congelada de pulpa de fruta, carnes, mariscos y papa importada lista para freír. Mi negocio bajó el 60%. Actualmente estamos tratando de reactivarnos”, señaló, Alejandro Tamayo.

Luis Ango, dueño del almacén ‘Top Man Sport’, tiene zapatos deportivos de marca desde 1991 pero a consecuencia de la pandemia la situación se puso difícil. Antes vendía 10 zapatillas y actualmente seis.  El negocio es a crédito de 30 a 90 días. A más de tener este local, también es importador y los clientes llaman a posfechar los cheques, situación que se complica en apenas un mes de labores.

Cristina Montalvo, ejecutiva del almacén ‘Las Burbujas’, comentó que antes de la cuarentena las ventas fueron buenas pero luego el negocio cayó en el 50%. Actualmente, la demanda productos de los consumidores son los geles antibateriales, shampoo  y jabones, todo para el aseo.

Para fortalecer al negocio se mantienen las ventas a domicilio; así como, llamar a los clientes para que consuman con descuentos, porque todo producto importado y algo nacional va desde dos hasta 50 dólares para todo público. Se trabaja diariamente con efectivo, tarjetas de crédito, y planes a varios meses en cuanto a perfumería, productos de aseo personal, cuidado para el cuerpo y cabello y más, agregó.

Según el economista Diego Proaño, Ambato y Tungurahua, tiene una caída menos brusca en su economía, porque en cuarentena se siguió laborando por parte de algunos sectores, como por ejemplo cooperativas, bancos, cadena de alimentos (había ferias), además, la salud pública respondió bien y no hubo avalancha de contagios en  el confinamiento. (I)