Neurobiología de la agresividad / Dr. Guillermo Bastidas Tello
La neurobiología de la agresión y la violencia es de interés para la psicología jurídica y psiquiatría forense porque una gran parte de casos delictivos se relación con componentes violentos y agresividad.
Una definición de agresividad es sería la expuesta por Valzelli, que la considera como un componente de la conducta normal que se expresa para satisfacer necesidades vitales y para eliminar o superar cualquier amenaza contra la integridad física y/o psicológica. Estaría orientada a la conservación del individuo y de la especie y solamente en el caso de la actividad depredadora conduciría a la destrucción del oponente, llegando hasta provocar su muerte.
La agresión impulsiva es generalmente una respuesta inmediata a un estímulo del medio ambiente. Para Stahl este tipo de violencia puede reflejar “una hipersensibilidad emocional y una percepción exagerada de las amenazas, lo que puede ir ligado a un desequilibrio entre los controles inhibidores corticales de arriba-abajo y los impulsos límbicos de abajo-arriba”.
La violencia y agresividad está vinculada con la corteza prefrontal orbitofrontal y áreas límbicas principalmente la amígdala.
De tal manera que un individuo que no limite su agresión impulsiva tendrá una gran actividad en la zona amigdalar y poca actividad inhibidora en la zona COF, un individuo que sea capaz de controlar su agresión impulsiva tendrá una gran actividad en la COF y un individuo con una lesión en la COF tendrá un aumento de agresión impulsiva.
Una forma de agresividad en el gato se denomina “ataque afectivo” el cual puede ser controlado desde una gran extensión del hipotálamo medial, extendiéndose hacia el tronco del encéfalo donde se encuentran centros nerviosos que controlan la expresión del ataque como es bufar y gruñir.
El “ataque predador” es controlado desde el hipotálamo lateral y desde regiones del tronco del encéfalo, como es la sustancia gris periacueductal ventrolateral.
Por último, es evidente que el neurotransmisor serotonina está directamente vinculado con el comportamiento agresivo.
Estimado lector, detrás de la Agresividad y violencia hay un Trastorno Neuropsiquiátrico que debe ser tratado por un especialista en Salud Mental. (O)