No salgas en la foto

Columnistas, Opinión

El próximo domingo 15 de octubre, Ecuador elegirá a su nuevo presidente, luego de una campaña de segunda vuelta que para los analistas ha sido impávida y moderada, ¿será acaso que los expertos opinólogos están fuera del nicho de mercado que buscan los presidenciables? La respuesta es sí; la mayoría de sufragantes se encuentran entre los 18 a 30 años. Es por esto, que los politiqueros de la vieja guardia hicieron un trabajo infructuoso y mejor restaron votos a sus candidatos que solo les faltaba decir “por favor no salgas en la foto”.

La presente semana será de mucha expectativa en el caso de Fernando Villavicencio. No obstante, en redes sociales y radios se ha mantenido el tradicional esquema con los políticos de siempre, que por vanidad, ego y narcisismo todavía se sienten el centro de atención de cada ciudad. Pero realmente la opinión y comentarios  de estas momias políticas ¿sirven de algo? o ¿causa el efecto contrario y restan simpatizantes? Al parecer no provocaron que la tendencia de intención del voto cambie, mejor ha permanecido estable con leves fluctuaciones (esto previo al informe del asesinato de Villavicencio). Es decir, las intervenciones de los caudillos de partidos locales, no fue dirigida al target donde está el voto real. Los cadáveres políticos, deben saber que únicamente sus lambones los escuchan, ya que el electorado de sus generaciones muy difícilmente cambiarán de decisión porque tienen una actitud inamovible y tienen enraizada su tendencia política.

A su vez, muchos de ellos ya tuvieron su oportunidad, y mal o bien se ganaron su reputación. Por eso a Gonzales y a Noboa les faltó decir a sus aduladores seniles, que no salgan a los medios porque les disminuyen votos. La fama de algunos, es muy fácil de encontrar a través de internet, y eso es lo que hacen los jóvenes, ellos indagan e investigan quiénes fueron esos nefastos personajes, en consecuencia nadie les cree. Aquí yace un error de la política ecuatoriana, nunca preparan nuevos cuadros pensando en las generaciones futuras, y caen en la sinvergüencería de poner candidatos/as bienaventurados que desconocen de la realidad del país y de la administración pública, pero que sí tienen la billetera grande que paga los gastos de campaña. (O)

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