Nuestro diálogo interno
Los seres humanos en todo momento estamos conversando con nosotros mismos; en este permanente diálogo interno, se encuentran los pensamientos dominantes que sin duda tienen un gran impacto en nuestras vidas, pues originan nuestras emociones como la alegría o la tristeza.
Ciertamente, los seres humanos invertimos o (gastamos inútilmente) alrededor de 14 horas al día dialogando con nosotros mismos; lo sorprendente es que al menos un 80% del tiempo que pasamos parloteando internamente, está conformado por pensamientos, reflexiones y afirmaciones negativas, y claro empezamos a ver el mundo externo de acuerdo a nuestros pensamientos internos, dicho de otra manera si mis pensamientos son negativos entonces mi mundo externo es negativo, si creo que soy un inútil entonces no voy a progresar.
Esencialmente, el diálogo interno es una comunicación con nuestro YO interno, por esta razón es que no debemos dejar que este diálogo se vaya en piloto automático, porque la tendencia será hacia el negativismo y/o pesimismo, esto en virtud de nuestra programación mental limitada que ha sido forjada desde la infancia.
Estimados lectores evitemos que en nuestro diálogo interno predominen los pensamientos negativos: “Yo no puedo”, “Yo no sirvo”, “Yo no soy capaz”, “Yo no merezco”; este tipo de diálogo condiciona nuestro mundo y nos genera una realidad limitante.
Lo anteriormente anotado nos invita a mejorar nuestro diálogo interno, a tratar de convertirlo en un aliado nuestro para vivir mejor, generar autoconfianza y llegar a concluir exitosamente nuestros deseos.
El hecho de mejorar nuestro diálogo interno significa convertirlo en positivo y optimista, el cerebro graba estos pensamientos, cuando el cerebro ve hacer algo bueno o malo, genera una semilla que crece generando los pensamientos dominantes, es decir que, si yo me veo a mi mismo siempre tratando a las personas con amor, voy a creer que eso es lo normal en el mundo y voy a tener amor.
Aprendamos a sembrar semillas (pensamientos positivos), la felicidad se la siembra no te la da ni te la quita nadie, la felicidad es algo interno que tus siembras en tu corazón y después la experimentas en tu mundo externo, tengas o no tengas la gran casa o el gran auto, tu felicidad no depende de eso, eso es un extra, un adicional en tu vida. (O)