Nueva época y nuevo Presidente

Columnistas, Opinión

El ciclo iniciado el 2007 está llegando a su final, a pesar de mantenerse vigente la Constitución de Montecristi, no sólo por el cambio de actores políticos sino por la transformación de las instituciones, la sociedad y la economía. El Presidente Noboa representa el cierre del ciclo y el inicio de uno nuevo. 

Existe una gran diferencia entre el arranque del ciclo del 2007 con el comienzo del ciclo del 2023. Hace 16 años la economía estaba en crecimiento, había fuentes de empleo, y en las finanzas públicas había saldos positivos. Inclusive, el país contaba con millonarios fondos de ahorro de los excedentes petroleros, dado que la explotación petrolera estaba en alza. 

El 2023 la realidad es tristemente distinta. La economía está paralizada, las fuentes de empleo desaparecen, las finanzas públicas están en rojo, han desaparecido los fondos de ahorro y la explotación petrolera decrece. Mientras el 2007 se debía administrar la opulencia, el 2023 se debe administrar la crisis, agravada por la inseguridad.

Tanto en el 2007 como en el 2023 existe un elemento en común, esto es, la mala imagen de la clase política y la baja credibilidad de las instituciones, entre ellas, la Asamblea y la misma Presidencia de la República. 

En el ciclo que está concluyendo se comenzó con opulencia económica y fiscal y se está cerrando con problemas económicos y fiscales. La forma en que termine el ciclo que arranca el 2023 no interesa ni se puede predecir. Por ello, lo importante es saber si el nuevo Gobierno logrará revertir el camino hacia el abismo. En su primer mensaje el Presidente Noboa ha dicho que lo logrará. En medio del drama nacional, sus palabras son, al menos, poderosas señales de esperanza.  (O)

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