Nuevo vicepresidente / Editorial
El Ecuador está a punto de elegir a un nuevo vicepresidente y a completar el nada despreciable número de tres segundos mandatarios en menos de un año y medio. La terna enviada por el Ejecutivo a la Asamblea Nacional descolocó a muchos que esperaban perfiles más políticos o económicos en la nueva autoridad. El nuevo o nueva podrá ser un joven empresario comunicador, una activista o un educador sin trayectoria política y sin vinculación con el partido de gobierno.
Quizás esta terna haya sido cuidadosamente estudiada luego del descalabro público de Jorge Glas y de María Alejandra Vicuña en la vicepresidencia y sea buena para el país. Al menos existen ya apoyos confirmados en el legislativo hacia el primero de la terna, Otto Sonnenholzner.
El próximo vicepresidente deberá de alguna forma aportar en la estabilidad y tranquilidad del país, sin más escándalos públicos y presencia en vendettas mafiosas. Difícilmente influirá en la economía, que es lo más urgente estos momentos, pero al menos no será un factor de molestia y obstáculo al débil Ejecutivo.
No fueron pertinentes los pedidos del partido de gobierno de que de sus miembros salga el nuevo vicepresidente y, finalmente, primó la necesidad de que el Ecuador encuentre algún puerto de paz luego de meses de convulsión y pelea. (O)