Oportunidad que se volvió trampa
En un rincón de la ciudad, donde la esperanza se mezcla con la necesidad, se tejió una historia de engaño y desventura. Un hombre de 72 años, con la sencillez y la humildad propias de su edad, se convirtió en una pieza más de un juego perverso que lo llevó a las puertas de la cárcel, antier.
Oscar F., un ciudadano de escasos recursos que había viajado desde Guayaquil, se encontró con una oferta que creyó imposible de rechazar. Una mujer, desconocida para él, le prometió una suma de dinero a cambio de un simple favor: cobrar un bono de desarrollo humano utilizando una cédula de identidad falsa.
Cegado por la necesidad y la promesa, don Oscar aceptó. Sin imaginar las consecuencias de sus actos, se dirigió a una Cooperativa, en la avenida Cordillera del Cóndor y Mariano Tinajero, con la falsa identificación en mano.
Sin embargo, el plan se vino abajo cuando una atenta cajera detectó la falsificación. La ilusión de don Oscar se desvaneció en un instante, dejando paso a la realidad de su error. Fue detenido y trasladado a la Unidad de Aseguramiento Transitorio de Ambato, su sueño de mejorar su situación económica truncado por la avaricia de otros. (I)