Optimismo renovado / Edison Narváez Z.
Guillermo Lasso ha cumplido un mes como presidente del Ecuador, período marcado por el optimismo, la inclusión y la cercanía que ha mantenido con los diferentes sectores para conocer sus demandas. Ha optado por una comunicación si se quiere informal a través de redes sociales, desechando las aburridas cadenas nacionales, ha participado en eventos que le permiten mantener un contacto directo con los “de a pie”, con una apariencia informal de jean y saco, lejos de la moda del banquero aniñado. Ha dispuesto un código de ética para todos los funcionarios públicos, lo cual pretende luchar contra la corrupción que seduce a todos los funcionarios públicos. Esto ha redundado en una buena imagen que propios y extraños la valoran positivamente.
En este corto período, su gestión se ha centrado en la designación de su equipo de trabajo, así como la preocupación por iniciar el proceso masivo de vacunación y cumplir con lo ofrecido en campaña (inmunizar a 9 millones de ecuatorianos contra el COVID -19, en los primeros cien días de gobierno). Consciente está el nuevo presidente que la vacunación está ligada estrechamente a la reactivación económica. Así también sabe que no cuenta con recursos que le permitan hacer obras, por tal razón a preferido conducirse en un plan austero y disponiendo liquidar empresas ineficientes y corruptas como Seguros Sucre; e iniciar un proceso para motivar la inversión nacional y extranjera, en este contexto solicitó al ministro de la Producción simplificar trámites y aranceles para la pronta gestión empresarial. Así también como un apoyo a los microempresarios, dispuso el decreto #33, el mismo que se refiere a la eliminación de los registros de información histórica crediticia de personas que constan en los burós de crédito con deudas vencidas de menos de $1.000 tanto en el sistema de bancos como en el sistema de cooperativas de ahorro y crédito de los segmentos 1 y 2 (aquellas que tienen activos superiores a 20 millones de usd). Para cooperativas más pequeñas el monto de deuda para que el deudor sea eliminado de los registros del buró de crédito es de $500.
De la misma manera ha sido importante cumplir con su oferta de campaña referente a los cambios en el sistema de educación superior, lo cual beneficia a miles de estudiantes que buscan libre elección a las carreras y la facilidad de acceso a las universidades.
Indudablemente el camino es duro por recorrer con un déficit presupuestario heredado y la dependencia de organismos internacionales para la obtención de recursos. Evidentemente lo que se viene es mas complejo como la focalización de los subsidios a los combustibles que ciertamente es un gran desafío para el presidente Lasso, pues en muchas décadas ningún mandatario lo ha podido enfrentar. De la misma manera se viene la elección de los dirigentes de la Conaie, bajar las tasas de interés para reactivar al sector real de la economía, la concesión de empresas públicas como telefónicas, refinerías hidroeléctricas y la venta del Banco del Pacifico; temas que evidentemente pondrán a prueba la credibilidad y eficiencia del Gobierno, y que los ecuatorianos con optimismo renovado le ponen fe para sacar al país de la crisis que nos heredó el Covid 19 y la Revolución Ciudadana.
Guillermo Lasso ha cumplido un mes como presidente del Ecuador, período marcado por el optimismo, la inclusión y la cercanía que ha mantenido con los diferentes sectores para conocer sus demandas. Ha optado por una comunicación si se quiere informal a través de redes sociales, desechando las aburridas cadenas nacionales, ha participado en eventos que le permiten mantener un contacto directo con los “de a pie”, con una apariencia informal de jean y saco, lejos de la moda del banquero aniñado. Ha dispuesto un código de ética para todos los funcionarios públicos, lo cual pretende luchar contra la corrupción que seduce a todos los funcionarios públicos. Esto ha redundado en una buena imagen que propios y extraños la valoran positivamente.
En este corto período, su gestión se ha centrado en la designación de su equipo de trabajo, así como la preocupación por iniciar el proceso masivo de vacunación y cumplir con lo ofrecido en campaña (inmunizar a 9 millones de ecuatorianos contra el COVID -19, en los primeros cien días de gobierno). Consciente está el nuevo presidente que la vacunación está ligada estrechamente a la reactivación económica. Así también sabe que no cuenta con recursos que le permitan hacer obras, por tal razón a preferido conducirse en un plan austero y disponiendo liquidar empresas ineficientes y corruptas como Seguros Sucre; e iniciar un proceso para motivar la inversión nacional y extranjera, en este contexto solicitó al ministro de la Producción simplificar trámites y aranceles para la pronta gestión empresarial. Así también como un apoyo a los microempresarios, dispuso el decreto #33, el mismo que se refiere a la eliminación de los registros de información histórica crediticia de personas que constan en los burós de crédito con deudas vencidas de menos de $1.000 tanto en el sistema de bancos como en el sistema de cooperativas de ahorro y crédito de los segmentos 1 y 2 (aquellas que tienen activos superiores a 20 millones de usd). Para cooperativas más pequeñas el monto de deuda para que el deudor sea eliminado de los registros del buró de crédito es de $500.
De la misma manera ha sido importante cumplir con su oferta de campaña referente a los cambios en el sistema de educación superior, lo cual beneficia a miles de estudiantes que buscan libre elección a las carreras y la facilidad de acceso a las universidades.
Indudablemente el camino es duro por recorrer con un déficit presupuestario heredado y la dependencia de organismos internacionales para la obtención de recursos. Evidentemente lo que se viene es mas complejo como la focalización de los subsidios a los combustibles que ciertamente es un gran desafío para el presidente Lasso, pues en muchas décadas ningún mandatario lo ha podido enfrentar. De la misma manera se viene la elección de los dirigentes de la Conaie, bajar las tasas de interés para reactivar al sector real de la economía, la concesión de empresas públicas como telefónicas, refinerías hidroeléctricas y la venta del Banco del Pacifico; temas que evidentemente pondrán a prueba la credibilidad y eficiencia del Gobierno, y que los ecuatorianos con optimismo renovado le ponen fe para sacar al país de la crisis que nos heredó el Covid 19 y la Revolución Ciudadana. (O)