Padres, apoyemos a la escuela / John Tello Jara
Es verdad que en la escuela aprendemos a hacer las bombitas, los palitos, a formar las primeras letras, a leer, escribir, las operaciones básicas, las cuales son muy útiles en la vida; pero me he preguntado ¿qué pasa con la parte crítica o analítica de los resultados?
Si nuestros hijos aprenden las operaciones básicas, por ejemplo si están en la suma y la profesora le indico que 3 huevos mas 4 huevos nos da como resultado 7 huevos, constituye una labor primordial que nosotros como padres de familia dialoguemos con nuestros hijos y analicemos, todo los que podríamos hacer con estos huevos, posiblemente “rompope”, talvez sirva como materia prima para una torta, tibios o pasados para el desayuno, fritos para la cena, en fin, tendrían una infinidad de usos este resultado.
Ahora, si ya tienes el rompope o torta, viene la fase de la venta, la cual debemos analizar con nuestros chicos a quién podría dirigirse el producto, como lo promocionaríamos, el precio al que debemos venderlo, que cantidad de dinero podríamos ganar de manera cuantitativa y en porcentaje.
Sí, es verdad, en la escuela nos indicarán los aspectos básicos de la formación académica, que es bastante, pero faltará el pensamiento crítico, el arte de la negociación, incluso la forma como asimilar las derrotas, las cuales estarán al orden del día, si es que no contamos con una preparación complementaria en casa.
No luchemos por obtener altas calificaciones, sentémonos a conversar y razonar con nuestros hijos sobre la realidad de la vida que ocurre en el entorno, no solo en el ámbito financiero, también veamos el aspecto motivacional, el apoyo a la sociedad, la tranquilidad espiritual y la satisfacción que podemos tener en la vida el momento que hacemos las cosas de forma eficiente.
Ayudemos a buscar la pasión en las actividades que hagamos y en la búsqueda de nuestra profesión, posiblemente nuestro hijo es apto para la música, pero nosotros insistimos en una carrera de ingeniería; es justamente allí cuando vienen los fracasos, veamos cuál es su pasión, apoyemos su emprendimiento y guiémoslos de tal manera que su objetivo sea el buen servicio, que la rentabilidad viene por añadidura.