¿Para qué sirve la fortuna mal habida? / Carlos Rosero
Revisando los pasajes de las películas de Cantinflas, con sus críticas a la administración pública corrupta, ha enfocado la realidad del pasado y del presente en el que vivimos; al ver la cara de Ramiro González, nos deja el reflejo viviente, como una radiografía, de lo que es una administración sin conciencia, marcando una honda pena, con una mirada sin esperanza, podemos sintetizar que los dineros mal habidos, no traen felicidad; creo que los servicios públicos tienen la misma medida en los países latinos, atienden al público como que el servicio que están prestando lo hacen de caridad, no como una obligación en representación del Estado, con un genio trasnochado, su atención es de acuerdo a su conveniencia, situación que se transforma en una maraña de corrupción, si la función que desempeñan produce dinero, es la oportunidad de apropiarse, ni siquiera se preocupan por la crítica, ni que algún momento van a ser fiscalizados, si nos referimos Ramiro González, la tristeza de su alma, no le soluciona el dinero que haya obtenido de una mala administración, no le da felicidad, no puede curar el espíritu destrozado; todos los que han perjudicado al Estado que se han puesto a buen recaudo, no creo que sean felices cuando sus nombres son como hojas volantes corroídas por el tiempo que terminan en la basura, por el manejo descarado de su función pública; vemos que el señor ex Presidente, habla de salvar a la patria, de honestidad, acusa de persecución política, olvidando que todo su equipo de gobierno ha sido la peor plaga que ha tenido el país, donde se implantó el autoritarismo, con una justicia corrompida, que si existían jueces honestos, a ellos se les castigaba con destituciones y enjuiciamientos, entonces de que moral pública puede hablar, a11í están las denuncias de Edgar Jara, Emilio Palacio y cuanto periodistas acusados por decir la verdad, con total falta de respecto a la dignidad humana, pero como el engendro del mal, no se extingue, tienen sus seguidores, vemos participando en la vida política, no tiene ningún efecto negativo las denuncias diarias de los deferentes atracos a la economía del país, hasta se atreven a decir que son calumnias para desacreditar al mejor Presidente que ha tenido el país, comparando con todos los peores presidentes que haya tenido el país, todos juntos no se igualan al Presidente que se ha burlado del país, dejando en bancarrota, para el fracaso de sus reemplazos. En conclusión el enriquecimiento ilícito cualquiera que sea su forma, envenena el alma y mata el espíritu, porque no se puede ser feliz causando daño al pueblo, además la defraudación bajo cualquier fórmula no constituye un derecho, sin pensar que las malas acciones se pagan en este mismo mundo. Ningún tirano ha engrandecido con su nombre al mundo, cuando se actúa en contra de la paz, libertad y la justicia. (O)