PARES Y NONES
En el mundo de las opciones y las visiones, que asisten al análisis -apretadamente ubicadas- con un pie sobre alguna orilla, difícilmente puede desprenderse una posición final que apunte “límpida y objetiva” a un resultado; y, sea lo más ajustada posible a los hechos y realidad.
Pero, opinar, incluso así, requiere de un mínimo de desprendimiento y carácter que ayude a formarse una idea, bastante más cercana a la imagen receptada por otras miradas, sin aquel señalamiento de la orilla u otro, surgido a conveniencia.
Mi atrevimiento entonces intentará coincidir con algunas, o diferir de otras manifestaciones -públicas o privadas- sobre el debate presidencial en el post-debate, partiendo de advertir que: la abundancia de “cabezas de ratón” hacen del mecanismo electoral deliberativo-informativo un espacio limitado a enumeraciones de lo que -los candidatos- pretenden hacer, sin profundizar en cómo, cuándo, por qué y para qué, de tal forma que los pantallazos o flashes no derivan en un verdadero intercambio valorativo con los otros aspirantes y menos con los periodistas presentadores que se limitan a la lectura de preguntas globales previamente definidas para todos y frases repetitivas sobre el rigor del tiempo en las respuestas.
Importa poco profundizar en ideas y propuestas. De esa suerte, hablar de debate suena pretencioso, tanto como, intentar encasillar a uno o dos ganadores de entre los dieciséis participantes “peleando” entre ellos, pero en dos franjas horarias o bandos distintos escogidos al azar.
De suyo, el albur, la circunstancia y la eventualidad, son determinantes adicionales que hacen -finalmente- del debate un intento fallido, dirigido exclusivamente a alimentar las encuestas y las apuestas por el ganador o ganadora del torneo presidencial. Todo, derivado del pernicioso sistema y la normativa electoral diseñada a partir del mandato constitucional “pensado” para 300 años.
¿Qué podemos esperar, que no sea el resultado lacónico y frío de lo que tenemos a mano?
Pues bien, dos ganadores entonces. Uno por bando, que -como van las cosas- difícilmente se encontrarán en una segunda vuelta, conforme la expresión de un amplio sector de entusiastas opinólogos y críticos, salvo que ocurra lo inesperado. Esto es, que la candidata de la lista 3 remonte una diferencia de algo así como 30 puntos y supere la opción de la candidata de la lista 5, para enfrentar al candidato de la lista 7 en un repechaje; o que, Daniel Noboa gane en una sola vuelta, particular que es mucho más probable, sobre todo después de su visita al cambio de mando en USA.
Como bien podrá apreciarse, lo único cierto es que todas las opciones son nones.
Los pares no apuntan -de haberla- a jugar en una potencial segunda instancia.
Concluyendo, reiteradamente como en otras expresiones de opinión: Sólo el tiempo y el pueblo lo dirá. (O)