Patalee quién patalee / Hernán Marcelo Guerrero
En el Ecuador, cuando un funcionario ha puesto una obra al servicio público, la publicita y se jacta de ella, cuando es su deber y obligación hacerla, porque para eso fue elegido, así manda la Constitución y la ley. Fue la retórica en diez años de imperio de la discrecionalidad personal absoluta; pero cuando un organismo como el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, CPCCS, sin ruido, cumple con el mandato popular del 4 de febrero último y lo que dice la Constitución, se activan tumultos, desesperación y pánico.
El numeral 1 del Art. 208 de la Constitución manda al CPCCS “promover la participación ciudadana, estimular procesos de deliberación pública y propiciar la formación en ciudadanía, valores, transparencia y lucha contra la corrupción”, disposición enterrada y manipulada hasta febrero pasado, cuando fue activada para tamizar la corrupción organizada e institucionalizada y sacar a luz tenebrosas realidades que han llevado al Ecuador casi al estado de postración económica y social.
La calidad ética y moral política de Trujillo Vásquez cuando fue propuesto para integrar el Consejo transitorio, si era elegido, supe que iba a dar mucho que hablar en el país, como está ocurriendo, porque sacude escenarios y monitores que durante diez años construyeron reglas de coimas, sobreprecios y chantajes en los negocios públicos, para engrosar bolsillos, lavar dinero y camuflarse en paraísos fiscales.
Está dicho, serán “cómplices” quienes obstaculicen o pretendan hacerlo al trabajo del CPCCS y veo al Consejo, a Trujillo Vásquez acorazados por el pueblo ético, transparente, evaluando y resolviendo las acciones que se veranearon en el correato, en la maraña tramposa de la grotesca “revolución ciudadana” y “socialista del siglo XXI”. La hora de pagar cuentas está llegando, patalee, quien patalee, así se vayan a quejarse en Roma, palabras del maestro Trujillo. (O)