Pensar en lo impensable / Edison Narváez Z.
La aceleración de la pandemia COVID 19 fracturó los esquemas de la Micro y Macroeconomía; evidentemente, el decaimiento de la oferta y demanda vino a desplomar los flujos del comercio, lo cual generó dificultades en la liquidez de las empresas que ciertamente han agudizado el desempleo, subempleo y pobreza.
El mayor temor de la crisis, es no saber sobre el comportamiento del mundo después del Coronavirus, aunque hay ciertos comportamientos de la gente que parecerían inevitables después de la Pandemia, esperar volver a la normalidad ciertamente será imposible.
Este entorno nos invita a reflexionar aquella célebre frase del Científico Inglés Charles Darwin “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino aquellas que mejor se adaptan al cambio”.
La economía de las empresas no va a reflotar con las consabidas estrategias de siempre; esta Pandemia obliga al sector empresarial a entender el nuevo entorno, especialmente en aspectos como las expectativas y preferencias de los consumidores y la evolución de la competencia.
Evidentemente en tiempos de crisis el común denominador es pensar que todas las empresas del sector tienen los mismos problemas y que a todas les afecta por igual; pero esto no es tan cierto, la crisis afectará en mayor proporción a las empresas que tengan esta convicción: El Pesimismo.
La mejor estrategia en tiempos de crisis es la recordación de Marca, buscando el contacto emocional con sus clientes a través de todos los canales posibles y con el mayor esfuerzo promocional y publicitario tanto en el punto de venta como en las redes sociales.
En este obligado convivir con la Pandemia, los consumidores van cambiando sus hábitos de compra y consumo; lo más usual que aplica la población en época de crisis es la “sustitución”, es decir que los clientes tienden a sustituir el consumo, por tanto, las empresas no deben de alejarse de sus clientes, más bien se debe entender que es lo que la gente busca sustituir. Es decir, se trata de un cambio de paradigma. Pensar en lo Impensable.
Después de la Pandemia, las empresas van a embestir el mercado, incluso a costa de sus competidores, entonces lo estratégico es poner nuestros mayores esfuerzos en nuestros clientes recurrentes, fomentar el contacto emocional con ellos.
Esta crisis marcará un antes y un después; a partir de ahora es bien difícil que la gente caiga en el pecado del consumo excesivo; evidentemente se debe pensar en reducir los márgenes comerciales, sacrificar rentabilidad con tal de no perder ventas.
En tiempos de crisis lo que menos se debe hacer es engañar al consumidor, pues aquí se pone a prueba la credibilidad de las empresas, todo lo que se ha predicado en sus webs o en su publicidad, se debe cumplir. Cuando la economía es escaza el consumidor busca las empresas y comercios más fiables.
Pensar en lo impensable es innovar e innovar…. automatizar procesos de gestión de clientes, nuevos productos o versiones especiales del producto, nuevas campañas, nuevos servicios valorados por los clientes serán la clave para atrapar las nuevas oportunidades que presenta este escenario post Covid – 19. (O)