Pequeñeces / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión




A veces las personas somos tan complicadas y quisquillosas que llegamos a hacer problema por cosas pequeñas, irrelevantes y sin importancia. Desde ir a comprar el pan, elegir el color del vestido e incluso definir quién va a apoderarse del control remoto de la televisión. Son cosas tan banales que no deberían merecer una discusión, pero las hay, ya porque alguien quería pan de agua y no tapados, porque el rojo del vestido no va con los zapatos, o porque ella quiere ver la novela y él el futbol.

Si la intolerancia y falta de madurez provocan serios desacuerdos por cosas tan intrascendentes, imagínese usted con aspectos de muchísima más envergadura argumental, socialmente muy complejos y absolutamente decidores a la hora de enrumbar el futuro de millones de personas. Sí, hablo en general de la política y en particular de la forma cómo las autoridades han enfrentado el Coronavirus en el Ecuador. Aquí, primero, ya no son dos personas, son millones defendiendo su punto de vista vs millones defendiendo el suyo antagónicamente distinto. Segundo, en el día a día del ejercicio de la política hay de sobra escenarios muy controversiales que de ley van a generar reacciones diversas, y más si en medio de la pandemia se enciende la polémica con temas como la salud, la vida y la economía del pueblo, eso nos vuelve más sensibles y aquellas pequeñas controversias surgirán con más facilidad.

Ya lo he dicho, en general, el presidente Moreno carece de liderazgo (y hasta de autoridad moral para hablar de corrupción), se ha rodeado de algunos funcionarios muy inoperantes y ha equivocado del medio a la mitad varias de sus decisiones sobre todo en el plano económico para reactivar la producción al corto y mediano plazo, sin embargo, hay que reconocer también que actuó muy oportunamente al inicio de la crisis sanitaria; pero con todo y lo denso de sus yerros, sabemos que vamos a salir, por lo tanto, el inventar noticias falsas o fijarse en minucias sin importancia suena a mala fe, resentimiento y amargura, características inequívocas de la banda que etiqueta en redes al gobierno de Moreno como #elpeorgobiernodelahistoria.

Criticar con sana lógica los grandes problemas del país con altura y decencia sería lo adecuado, pero qué podemos esperar de un grupo de desacreditados que pretenden agitar las aguas con mentiras y pequeñeces tan ridículas que confirman a la vez su pequeñez de espíritu.

mariofernandobarona@gmail.com

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