Petro, Lasso e impuestos/ Luis Fernando Torres

El Presidente Lasso tiene la autoría del impuesto patrimonial y del aumento de la carga tributaria de las personas naturales de la clase media. Creó y aumentó estos impuestos al poco tiempo de asumir el poder, contrariando las promesas que había realizado como candidato. Prefirió cumplir la agenda del FMI antes que el programa que inscribió en el CNE. En el corto plazo ha logrado mejorar los flujos fiscales, con esas medidas fiscalistas, más allá de haber dejado con menos ingresos a las clases medias y a productores agrícolas con sus fincas hipotecadas para pagar el impuesto patrimonial. 

Por su parte, el Presidente Petro, el mismo día de su posesión, anunció un nuevo impuesto patrimonial y más cargas tributarias sobre las personas naturales, las de carne y hueso, que no operan por intermedio de compañías y personas jurídicas. El socialista Petro, antiguo guerrillero, decidió seguir al derechista Lasso, en el objetivo de sacudir los bolsillos de las clases medias y de acorralar a quienes, por carecer de liquidez para pagar el impuesto patrimonial, como los agricultores y los medianos empresarios, se ven obligados a adquirir deudas hipotecarias. 

Llama la atención que Lasso y Petro hablen el mismo lenguaje en materia de impuestos. En Estados Unidos y en otros países con democracias sólidas, un elemento de diferenciación entre los socialistas y los derechistas es el de los impuestos. Los demócratas estadounidenses tienen una obsesión con los incrementos de impuestos. Los republicanos, por el contrario, cuando llegan al poder, los bajan o eliminan. El socialista español Sánchez, fiel a su hoja de ruta, hace pocos días creó nuevos impuestos, mientras la oposición conservadora ponía el grito en el cielo.

Petro ha anunciado lo que se esperaba que proclamara cualquier socialista o comunista. Ha sido coherente, sabiendo o no que los incrementos de impuestos agotan a los que generan riqueza y empleo. Se equivocaron los que creyeron había leído al célebre economista Milton Friedman, quien estuvo detrás de la revolución conservadora liderada por Reagan, con menos impuestos. 

De lo hecho por el Presidente Lasso no existe explicación coherente alguna. De él no se esperaba que creara nuevos impuestos ni que hiciera pagar la factura fiscal a las clases medias.