Plurinacionalidad y bastón de mando / Luis Fernando Torres
El Ecuador es, desde el 2008, un Estado plurinacional, esto es, una entidad con una complejidad jurídica mayor a la de un estado pluricultural o multiétnico. Por ello, ya no tiene cabida la antigua idea de una sola nación y un solo Estado. En el Ecuador no reconoce la Constitución a una nación sino a varias nacionalidades.
En el país existen 14 nacionalidades y 18 pueblos indígenas. Las nacionalidades, como la Kichwa del centro del país -también existe la Kichwa de la amazonía-, se integra con los pueblos llamados Chibuleo, Kisapincha, Salasaka, Panzaleo. El sentido de autonomía y autodeterminación está en el centro de las nacionalidades y los pueblos, de la misma manera que ese sentimiento forma parte de las naciones.
Los derechos constitucionales tienen a las nacionalidades y a los pueblos como sus titulares, en el mismo nivel de las personas. Y ejercen, en forma exclusiva y excluyente, derechos colectivos de rango constitucional, como crear y aplicar su derecho propio o consuetudinario, con un sistema propio de autoridades.
La jerarquía constitucional de las nacionalidades y de los pueblos los hace merecedores del mayor respeto por su especial posicionamiento en la estructura jurídica y política del Ecuador. Tienen algo de lo que carecen los demás grupos humanos que habitan el territorio nacional: derechos colectivos.
Y también tienen la más grande organización de base, con más de ocho mil estructuras, nucleadas alrededor de la Conaie, la Ecuarunari y otras. A ello se suma Pachakutik, el brazo político.
La entrega del Bastón de Mando al Presidente de la República, en Tamboloma, fue un acto protocolario de un importante grupo de dirigentes indígenas. Fue oportuno que se hiciera en un acto multitudinario, en una de las parroquias emblemáticas de Tungurahua, Pilahuín, bajo el liderazgo del Dr. Manuel Caizabanda, Prefecto respetable y querido entre los tungurahuenses.
Dado que ese Bastón de Mando no expresa la voluntad oficial de las 14 nacionalidades ni de las más altas instancias de representación de las diferentes estructuras sociales y políticas nacionales, sería aventurado decir que los indígenas se consideran parte del régimen. Inclusive, conviene recordar que, en las recientes elecciones en Pilahuín, el voto nulo triunfó, de lejos, sobre los dos finalistas.
¡Que el Bastón de Mando sirva, en todo caso, para fortalecer los vínculos de las nacionalidades y los pueblos indígenas con los altos propósitos del Estado unitario ecuatoriano¡ (O)