Populismo de izquierda y la democracia / Dr. Guillermo Bastidas Tello
Existe un gran peligro para la democracia en el Ecuador la presencia cada vez más intensa de la construcción populista y su relación con la democracia.
El populismo izquierdoso, se construye en el margen de una identidad basada en una red y articulación de quejas y demandas elaboradas en las necesidades insatisfechas de una población.
En tal sentido se nos hace completamente necesario aclarar la íntima relación entre populismo y democracia, ya que es posible que el populismo de izquierda se constituya en un peligro para ella o que el populismo izquierdoso sea un síntoma de una falsa democracia.
Freud, en su artículo “Psicología de las masas y análisis del yo”, afirma que las masas son asociaciones de individuos que se manifiestan con características bárbaras, violentas, impulsivas y carentes de límites, en las que se echan por tierra las represiones. Son grupos humanos hipnotizados, con bajo rendimiento intelectual y que buscan someterse a la autoridad del líder poderoso que las domina por sugestión.
Se trata en este caso de una constitución libidinosa, lujuriosa generada por la identificación de la masa al líder populista de izquierda, en la que una multitud de individuos pone en el mismo objeto (el líder) el lugar del ideal del yo; entonces el individuo mismo queda anulado, bobo e ignorante frente al líder del populismo de izquierda; la masa o seguidores populistoides van perdiendo su forma, identidad, pensamiento, representación, perspectiva, se vuelven unos títeres, polichinelas, marionetas y loros parlantes de la psicopatología populista del líder populista.
Como la masa pierde identidad entonces, el operador simbólico reúne a los YOES (los yo de los seguidores del populismo), los transforma en una masa disforme que sostiene la identificación de los yoes de los miembros entre sí, los reúne en rebaños, piaras y manadas politiqueras.
La masa popular ignorante de la cultura política es trabajada para los fines consiguientes:
Idealización al líder e identificación con el líder y entre los miembros de su especie, que alcanzados del Narcisismo articula la identificación, el odio, el engaño y el amor; se vuelven ciegos ante el bobalicón, sordos de consciencia ante las expresiones del tontón y mudos frente a la barbarie del mostrenco número 1.
Como consecuencia de la identificación, idealización, embellecimiento se desprende el estado de hipnosis que produce una fascinación y seducción colectiva, acompañada de una pasión desenfrenada por el monstruo del populismo de izquierda.
Luego de la hipnosis llega el fanatismo, la fogosidad, el delirio, la psicosis colectiva por el líder izquierdoso que ha aprendido a vivir de la revolución y no aprendió a morir por ella.
Cuidado con el populismo de izquierda, este es el peor enemigo de la democracia, la libertad, el progreso y el desarrollo. (O)