Profesión de alto riesgo / Fabricio Dávila
En la recta final para las elecciones del 5 de febrero de 2023, una de las provincias más violentas del Ecuador, fue escenario de un atentado político. Ser candidato empieza a convertirse en una profesión peligrosa en el Ecuador.
México es un referente sobre situaciones que deberían evitarse en nuestro país. La influencia de las organizaciones delincuenciales de este país, en territorio nacional, se vuelve cada vez más notoria. En la violencia contra candidatos, los mexicanos llevan la delantera a escala mundial. El Séptimo Informe de Violencia Política en México 2021, presentado por la empresa consultora Etellekt, revela 1066 agresiones contra personas políticas, con un saldo de 954 víctimas, de ellas, 102 perdieron la vida. Esta cifra es impresionante y deja ver cómo resulta extremadamente peligroso ser candidato.
El país del “encuentro” importa este tipo de situaciones. El hecho más reciente corresponde a la noche de lunes pasado. La residencia de Frixon Erazo, exfutbolista, candidato a la alcaldía de Esmeraldas fue tiroteada y su vehículo totalmente destruido. No hubo más que pérdidas materiales, el candidato y su familia resultaron ilesos.
Un atentado de esta naturaleza es bastante novedoso o poco frecuente en campañas electorales, dentro de nuestro territorio nacional. La violencia se convierte gradualmente en un mecanismo de competencia electoral. En algunas jurisdicciones, empieza a definirse la campaña, quedando claro que, la contienda posiblemente se resuelva fuera de las urnas, donde las amenazas, agresiones armadas, intimidación, explosiones,… tiene un campo próspero de acción.
Esta realidad contiene un cúmulo de problemas extraordinariamente complejos, donde el Estado parece actuar como veedor lejano de los hechos. La entidad encargada de cuidar la seguridad, además de estar desprestigiada, no cuenta con el personal y los recursos suficientes para prevenir estos casos de forma eficiente; el sistema judicial está desbordado y la ciudadanía se encuentra atemorizada. La consecuencia, puede ser un escenario donde la comisión de delitos crezca sin control.
Si el crimen organizado nacional y transnacional logran que la balanza se incline a su favor y triunfen los candidatos de su preferencia, habrá cada vez más autoridades benevolentes con el delito, porque el riesgo de afrontar a la débil justicia ecuatoriana es, en cualquier caso, menor que los dividendos políticos o económicos que se puede obtener trabajando para el hampa. Mientras tanto, los aspirantes incólumes frente a la corrupción, debe saber que la política es una profesión de alto riesgo.